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0
Arsenal 1
Villarreal 0

ARSENAL: Lehmann, Eboué, Touré, Senderos, Flamini, Ljungberg, Cesc, Gilberto, Pires, Henry y Hleb.
Cambios: Van Persie por Ljungberg y Bergkamp por Hleb.

VILLARREAL: Barbosa, Javi Venta, Alvarez, Arzo, Arruabarrena, Senna, Tacchinardi, Sorín, Riquelme, Forlán y Jose Mari.
Cambios: Guille Franco por José Mari, Josico por Sorín y Calleja por Forlán.

Àrbitro: Konrad Plautz (Austria). Amonestó con tarjeta amarilla a los jugadores Villarreal Arzo, Riquelme, Tacchinardi, Quique Alvarez y Guille Franco.

Goles:
1-0, min. 40, Toure.

Incidencias: partido correspondiente a la ida de las semifinales de la Liga de Campeones disputado en el estadio Highbury Park ante 35.000 espectadores, de los cuales unos 1.800 son seguidores del Villarreal. Ultimo partido de competición europea que albergó el estadio de Highbury Park después de 93 años de historia y 22 acogiendo partidos internacionales. Asistió al encuentro el presidente de la Generalitat, Francesc Camps.

Mónica Collado|LONDRES

El Villarreal salió vivo de su visita a Highbury Park, en la despedida de Europa del mítico estadio londinense, tras caer por la mínima ante el Arsenal, en un encuentro en el que el conjunto español nunca encontró su estilo de juego y fue dominado de principio a fin por el cuadro inglés, que pudo haber conseguido una renta mayor.

El Arsenal salió en tromba, su dominio fue total en los primeros instantes y el peligro acechaba sin tregua la portería defendida por Mario Barbosa.

Cesc Fabregas distribuía, Henry ponía balones y Gilberto y Senderos pudieron abrir el marcador con sendos remates que se fueron alto por poco, antes de que Henry lograra batir a Barbosa en una buena jugada de equipo, pero que fue invalidada por fuera de juego.

El Villarreal apenas salía de su campo, el Arsenal asfixiaba su creación y en cuanto Juan Román Riquelme cogía el balón tres jugadores le rodeaban sin dejarle posibilidad de iniciar el juego ofensivo de su equipo.

En el minuto 23 llegó el primer disparo del Villarreal entre los tres palos, en una falta directa botada por Riquelme y que solventó bien el meta alemán Jens Lehmann.

El conjunto de Pellegrini entraba tímidamente en los dominios del Arsenal pero no se encontraba cómodo en el ataque, mientras que su capacidad defensiva le libraba de algún que otro problemas cuando los Pires, Henry o Ljungberg llegaban a las inmediaciones del área de Barbosa.

Superada la media hora, de nuevo el Arsenal dispuso de una buena ocasión en la botas de Pires, que cayó dentro del área antes de rematar aunque el árbitro decretó córner y en el saque el balón quedó muerto en el área pequeña sin rematador ni defensor que lo sacara en unos instantes que pusieron el 'uy' en la grada. En la siguiente jugada, Forlán llegó hasta la línea de fondo pero su centro no encontró rematador y en la réplica fue Henry el que no encontró quien empujara el balón a las mallas de Barbosa.

Pero sin duda, el Arsenal era el dueño del partido y a cinco minutos para el descanso pudo reflejar su dominio en el marcador cuando el jugador de Costa de Marfil Kolo Touré acertó a batir a Barbosa, tras una jugada de Henry por la izquierda. Con la algarabía del tanto en las gradas, llegó una ocasión del Villarreal, de nuevo a balón parado. Riquelme hizo lucirse a Lehmann con un potente disparo de falta y, tras el rechace, en el último suspiro de este periodo, el balón llegó a Jose Mari, que cayó en el área en lo que pareció un claro penalti pero el árbitro austríaco no lo decretó y ya apenas dio tiempo a nada más.

El equipo de Arsene Wenger no cedió en su dominio en la reanudación, imprimía al partido el alto ritmo que le convenía y en los diez primeros minutos del segundo tiempo, Ljungberg pudo marcar el segundo pero su disparo fue sacado bajo los palos y acto seguido, Henry, sólo ante Barbosa, no estuvo acertado.

El Villarreal seguía perdido, Riquelme no aparecía o no podía aparecer y su equipo lo acusaba. Las imprecisiones y pérdidas de balón del equipo de Manuel Pellegrini propiciaban llegadas del Arsenal, que puso de relieve su solidez defensiva a cada intento de acercamiento del conjunto español, que lo intentaba desde lejos.