Gregorio Manzano da instrucciones durante un partido. Foto: MONSERRAT

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Da la impresión que lleva toda la vida sentado ahí abajo. Que jamás se marchó. Pero, con el calendario en la mano, Gregorio Manzano cumple hoy un mes en el banquillo del Real Mallorca, treinta días de pasión que le han servido para capturar un botín notable (8 puntos) y encontrar la salida del laberinto. Presentado por Vicenç Grande el pasado 15 de febrero, el entrenador campeón de la Copa del Rey ha aplicado el sentido común y la psicología para mejorar el ritmo cardiaco de un enfermo terminal. Un vistazo a la clasificación parcial de la era Manzano confirma esas sensaciones. Contabilizando exclusivamente las cuatro jornadas de Liga dirigidas por el técnico andaluz, el grupo balear ocuparía la ¡tercera posición! con 8 puntos, sólo superado por Barcelona y Atlético de Madrid, que suman 9. Estaría en posiciones de Liga de Campeones y con un colchón de ¡seis puntos! con respecto a la zona de descenso. Además, el conjunto bermellón es el único invicto en las cuatro últimas citas junto a Villarreal y Valencia y el equipo menos goleado empatado con el ché con sólo dos goles recibidos.

En ese tramo de Liga, los líderes son Barcelona y Atlético con 9 puntos sobre 12 posibles. Empatado con el Mallorca aparece el Villarreal, seguido de Real Madrid, Getafe y Athletic de Bilbao (7), Valencia, Osasuna, Celta, Sevilla y Espanyol (6). En posiciones de descenso estarían Racing y Málaga (2 puntos), Real Sociedad y Cádiz (3). El técnico de Bailén, que durante este mes ha soplado 50 velas, ha centrado sus esfuerzos en taponar la hemorragia defensiva, una solidez que le ha permitido al Mallorca capturar ocho puntos en cuatro partidos, merced a sus triunfos en Málaga (0-2), ante el Real Madrid (2-1) y sus empates ante Racing (0-0) y Villarreal (1-1).

Esos dividendos han sido suficientes para asomar la cabeza a la superficie y hoy, treinta días después de su llegada, el Mallorca ocupa la décimoquinta posición con un punto por encima del descenso y lleva un mes sin perder. Cuando aterrizó en la Isla, el grupo balear era último a tres puntos de la salvación y sumaba diez jornadas sin ganar. La mejoría es notable. Apenas unos minutos después de su presentación, Gregorio Manzano se puso el mono de trabajo con una sola palabra anotada en su cuaderno: trabajo. Acompañado del grupo de trabajo de su anterior etapa, con su inseparable Gonzalo Hurtado, Damià Amer y Toni Servera, echaron un vistazo al depósito de gasolina y dieron la orden inmediata de acelerar la preparación física y anímica. Sobre todo anímica. «El fútbol no es para perdedores», apuntó. Manzano trazó la senda de la recuperación de inmediato. Con sólo cinco días en la Isla, en pleno proceso de adaptación a su plantilla, el técnico andaluz cortó de un plumazo la maldición que le perseguía al Mallorca en las diez jornadas anteriores. El técnico revolucionó el once, situó a Arango y Pisculichi arriba, le entregó los galones a Basinas y el Mallorca cazó tres puntos de partida (0-2).