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Carlos Montes de Oca|MÀLAGA
Gregorio Manzano se mostró «muy satisfecho» con su reestreno en el banquillo del Real Mallorca y el técnico abandonó La Rosaleda sin atisbos de rencor por el pasado. El preparador jienense resaltó el trabajo del grupo e hizo un llamamiento a pensar en el presente para tratar de mantener la misma línea de trabajo como premisa para reflotar la nave rojilla.

Al respecto del triunfo isleño Manzano analizó que «hemos hecho un buen trabajo durante la semana, se preparó el partido muy bien y creo que los jugadores han tenido una respuesta como para estar muy satisfechos». El flamante técnico rojillo, que reconoció haber sentido algo especial al volver al banquillo en el que conquistó la Copa del Rey, sentenció que «el partido no sólo lo hemos ganado sino que creo que somos justo vencedores».

Sobre la mejoría experimentada respecto a los últimos compromisos ligueros el ex preparador del Málaga explicó que «hablar del pasado no conduce a nada y hay que mirar al presente, que ha sido construido por un profesional y un compañero como Cúper, que ha colaborado con esos 19 puntos y a partir de ahí empezamos poco a poco a subir. La suma empieza ahora y lo que falta es que los jugadores crean que éste es el camino hacia la meta».

Manzano también puso nota a los suyos y les concedió una «matrícula de honor». En su análisis subrayó el trabajo de todas las líneas y concedió elogios a varios jugadores: «En defensa hemos tenido pocas lagunas, en el centro del campo ha habido equilibrio y orden salvo cuando el Málaga mandó más balones largos para intimidar, pero siendo el último clasificado se ha distribuido bien el balón con una pequeña laguna tras el 0-1. Ha habido un buen trabajo de Piscu con Arango, dos hombres de calidad que arriba han hecho daño; Tuni ha hecho un gran partido; Jonás ha terminado exhausto y Basinas y Pereyra han dominado y puesto orden».

Manzano también fue preguntado por lo sorprendente del once dispuesto por Manolo Ruiz Hierro y confesó que «la alineación me ha sorprendido y hemos tenido que reordenar el equipo en cuanto a las marcas, pero pese a tener tres nuevos futbolistas de principio son jugadores del Málaga aunque no jueguen habitualmente».

En La Rosaleda también interesaba ver si Manzano aprovechaba la situación para hacer sangre, pero el jienense se mostró diplomático y prefirió no realizar comentarios sobre su salida del club andaluz: «No es el momento de sacar a relucir nada, porque los entrenadores nos vamos y tenemos que callar y hoy es lo que voy a hacer».

Ayer era el momento de saborear la victoria y hoy es el de preocuparse por el parte de bajas con el que los rojillos abandonaron el feudo malaguista. «Estoy contento con todos y por ejemplo Potenza ha jugado su primer partido de lateral y en un momento con ausencias habrá que echar mano de todos, así que sólo nos queda trabajar y preparar el partido contra el Real Madrid».

Sobre la entidad del siguiente adversario de los bermellones Manzano no quiso lanzar las campanas al vuelo: «El Madrid está en un nivel y hay otros en otro nivel, pero de antemano no se puede salir con mentalidad perdedora. El domingo hay que salir igual y si el rival te supera por calidad se le felicita, pero el trabajo de hoy -por ayer- es lo que hay que seguir».

Con cinco equipos con 22 puntos la lucha por la salvación se antoja apasionante y Manzano considera que «en los últimos puestos hay una fiesta muy bonita con muchos bailando». A modo de resumen el ex preparador del Málaga y el Atlético de Madrid entre otros valoró que «lo más importante es que se ha roto una dinámica, que futbolísticamente hablando se ha ganado de forma decente y que se suma de cara a trabajar mejor durante la semana».

Empezar una segunda etapa al frente del Real Mallorca con victoria es «reconfortante para la autoestima», aseguró Manzano, que reconoció que su vuelta al cargo tiene una importante dosis de responsabilidad después de haber cosechado un éxito deportivo como la Copa del Rey en su primer ejercicio como responsable técnico de los isleños. En cualquier caso, el entrenador jienense afirmó que no le había resultado extraño regresar porque a su lado estuvieron sentados prácticamente los mismos que le acompañaron en su primera etapa como inquilino del banquillo mallorquinista en la campaña 2002-03.