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El Palma Aqua Mágica ha encendido la luz de alarma tras dos derrotas sonrojantes de 32 y 27 puntos ante Drac Inca en la Copa Príncipe y Murcia en liga, respectivamente. La imagen ofrecida por el conjunto que entrena Eloy Doce no ha sido la de un bloque que aspira a jugar eplay off con aspiraciones de ascenso. Las dudas que ha generado el juego de los palmesanos en las dos últimas citas pueden tener varias lecturas.

La primera de ellas es que los rivales se saben de memoria cómo juegan los celestes en ataque, propiciado a su vez porque no ha habido cambios en sus sistemas; la segunda incógnita es saber si este atasco ofensivo provoca que la defensa no sea tan intensa ni tan agresiva como en la primera vuelta, ya que fue el arma clave para que el grupo balear se consolidase entre los mejores de la clase.

De momento, los cuchillos no suenan en Son Moix, ya que hay absoluta confianza de la directiva tanto en la plantilla como en el cuerpo técnico, y más ahora que ha llegado un refuerzo de lujo como el griego Diamantopoulos, que junto a las otras dos incorporaciones (Pedro Llompart y Robert Maras), deben dar un nuevo cariz a un equipo capacitado para revertir la situación.