El director general d'Esports, «Pepote» Ballester, durante la reciente visita de la UCI a Sant Ferran, donde va a construirse el nuevo pabellón multifuncional.

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Albert Orfila / Amador Pons
«Pepote» Ballester quiere irse. Este es el mensaje que transmitió al president Matas hace unas pocas semanas. El actual director general d'Esports fue incluso algo más lejos y presentó su dimisión al jefe del ejecutivo Autonómico, quien la rechazó y le reclamó un nuevo esfuerzo. Ballester argumentó ante Jaume Matas cansancio y desgaste, especialmente en el trato con las federaciones, además de otros problemas de índole personal. Hombre de confianza del president, Ballester decidió finalmente rectificar y seguir en el cargo, aunque está praticamente descartago que prolongue su estancia más allá de la actual legislatura. No obstante, el Govern ha movido pieza y ha incorporado a su organigrama de asesores a Xisco Lliteres. Se trata de una incorporación avalada por el propio «Pepote» y que debe reducir su carga de trabajo.

Medallista olímpico, José Luis Ballester Tuliesa se ha desenvuelto con solvencia en su primera experiencia como gestor deportivo, aunque su adaptación al nuevo medio no ha sido fácil. El espectacular crecimiento que ha experimentado el deporte de esta Comunitat durante los últimos años, sumado a varios déficits históricos -fundamentalmente en materia de instalaciones- ha exigido a Ballester un sobreesfuerzo casi constante. Al margen de la gestión de la direcció general d'Esports, adherida a la Conselleria de Presidència, han sido las exigencias de carácter representativo las que han propiciado la crisis actual. De hecho, Jaume Matas mantiene una confiana absoluta en el trabajo que está realizando Ballester, aunque también sabe que el regatista nacido en Vinarós reflexiona sobre su futuro y éste no parece vinculado a la política, al menos en un puesto que le obligue a estar constantemente en primera línea.

«Pepote» Ballester llegó al cargo de director general d'Esports tras adueñarse de uno de los currículos más importantes del deporte balear. Campeón de España y del Mundo, alcanzó su mayor logró al subirse en lo más alto del cajón en los Juegos Olímpicos de Atlanta'96. Tras cerrar su capítulo como deportista continuó ligado al mundo del deporte y realizó sus primeras aproximaciones a la política trabajando como asesor del Ajuntament de Palma en la candidatura olímpica que presentó Madrid para 2012. Su acceso a la direcció general d'Esports fue una elección personal de Matas y una de las sorpresas de los nombramientos. Se especulaba que el president quería a un deportista en la mesa del director general y finalmente se decidió por el regatista. Ballester se preocupó pronto en demostrar que no iba a ser el director general de la vela y sus decisiones fueron encaminadas a cubrir deudas históricas del Ejecutivo con el deporte de las Islas.