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Fernando Fernández
Algo tiene el desierto que ha enganchado a Toni Manresa. El piloto de Calonge inicia la cuenta atrás de cara a su tercera participación en el Dakar y lo hace desde otra perspectiva. La que da el parabrisas del Nissan que conducirá en la edición de 2006, que saldrá el próximo día 31 desde Lisboa. Toni ha cambiado el camión por una categoría más excitante como es la de coches. Y no estará solo. Este año, la delegación balear se multiplica con la incorporación al proyecto del mallorquín de un veterano en las lides del Dakar. El formenterense Xicu Ferrer logró acabar la prueba en 1999 a los mandos de su moto, pero al año siguiente, un accidente le impidió llegar a El Cairo cuando tenía en la mano esa posibilidad. En su primera participación, en 1998, tuvo que abandonar antes de tiempo. Con ello, Manresa tiene la posibilidad de ser el primer balear que finaliza en tres ediciones, además consecutivas, la que para muchos es la más dura prueba del mundo del motor de todo el planeta.

Ahora, ambos han unido sus fuerzas y quieren hacer «algo grande». Para ello, dispondrán de un Nissan Patrol GR que podrán lucir hoy mismo en la presalida de Madrid. Manresa y su copiloto pitiuso forman parte de la estructura de Nissan Japón (Nismo), contando con asistencia en carrera de un caminón T4, dos T5 y cuatro Nissan Patrol que trasladarán al grueso de la estructura. Por delante, 9043 kilómetros, 4813 de ellos de especiales, y pasos por Portugal, España, Marruecos, Mauritania, Mali, Guinea y Senegal, donde Dakar y el Lago Rosa aguarda a Toni por tercera ocasión y a Xicu por primera oportunidad en su larga carrera.

Con el apoyo de Nismo y de instituciones como el Govern, Consell de Mallorca o el Ajuntament de Santanyí, sin dejar de lado a Distribucions Petra 2000, Súper Bock, Hoco y una larga serie de firmas comerciales que han apostado fuerte por Manresa y Ferrer, el reto arranca con el nuevo año, y para ecalongí se presenta «más exigente» que en su etapa en la categoría de camiones. «Con llegar a Dakar nos conformamos. Tenemos una enorme responsabilidad, pero la dificultad es elevada», explica el mallorquín, quien confiesa que tiene «mucho miedo» de no poder llegar a la capital senegalesa.
Pero no es su única preocupación, ya que «las dunas son muy peligrosas, y más para los coches. Te puedes quedar atrapado una hora... O para siempre. Eso te puede obligar a ir más rápido y eso eleva el riesgo más si cabe», apunta el piloto oficial de Nissan.