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El inicio de una nueva etapa en el seno del equipo ciclista Illes Balears, pasando el Govern a ser copatrocinador junto a Caisse d'Epargne, marca un 2006 que supone toda una reválida para los tres profesionales mallorquines que se mantienen a las órdenes de Eusebio Unzúe. Descartada la continuidad de Toni Tauler, la embajada balear queda reducida a Joan Horrach, Toni Colom y Vicenç Reynés, sin dejar de lado al masajista Pep Toni Escandell. La tercera campaña de vida del proyecto supone una reválida para ellos, más para Colom y Horrach, que ampliaron su contrato por espacio de una campaña más. Más fortuna tuvo Reynés, cuya victoria en la París-Niza y la progresión que ha mostrado le valieron una renovación por dos años.

Ninguno de ellos pone en dudas las excelentes condiciones del jefe de filas del Illes Balears. De Alejandro Valverde dice Horrach que es «un todoterreno, un corredor excepcional. Lo tiene todo, sube, rueda, esprinta... Hay pocos como él». Colom resume su clase con contundencia: «Es un fenómeno». De él dice Reynés que «es capaz de ganar cualquier cosa. Es un súperclase». La cosa cambia cuando se trata la marcha de Mancebo. Colom admite que «igual que se equivocaron con Menchov, me parece que pasará lo mismo». Vicenç recuerda que «es normal que acepte una oferta así».

Para ellos ya ha empezado la pretemporada. El invierno les servirá para perfilar sus metas, que para Vicenç Reynés pasan por las clásicas, «no correré ninguna grande, pero para abril y mayo espero estar a tope y a ver si repetimos o mejoramos lo de 2005», admite el benjamín del grupo, con apenas 24 años y 68 días de competición en la temporada que se agotó semanas atrás. Colom no ha tenido tanta fortuna. Comenzó bien, con un triunfo de etapa en la Challenge y podios en la Vuelta a la Cominidad Valenciana (3º) y la Vuelta a Murcia (2º). La falta de oportunidades le relegó a un segundo plano y sólo pudo acumular 45 días de carrera. Sus objetivos van más allá de Mallorca, «porque nadie se acuerda a final de temporada de estas victorias. Hay más gente que puede disputar la Challenge en el equipo. Este año quiero llegar bien a Tirreno-Adriático, País Vasco y Catalunya, y si se puede, estirar hasta la Vuelta a Suiza», explica el ciclista natural de Bunyola.

Por su parte, Horrach tiene claro a sus 31 años que quiere «disfrutar de la bicicleta. Si el año que viene me ofrecen seguir, bien. Sino, lo pensaré y me plantearé mi futuro. De momento, a ayudar a los jefes de filas donde me digan y a esperar mi oportunidad», agrega el de Deià, que con 82 días de competición en sus piernas y el Giro y la Vuelta se ganó la confianza de Unzúe.