Pau Albertí, junto a Casillas, durante el entrenamiento del Real Madrid. Foto: SERGIO BARRENECHEA/EFE

TW
0

Juan Ramón López Caro, nuevo técnico del Real Madrid, dirigió su primera sesión con los «galácticos» en la Ciudad Deportiva del Real Madrid, tras dormir tan sólo cuatro horas después de aterrizar en Barajas alrededor de las 5.00 horas de la madrugada procedente de Grecia, donde el equipo perdió ante el Olympiacos (2-1). Después de un estreno repleto de jugadores de cantera, López Caro no descansó, como hizo el resto de la expedición que viajó a Grecia para cerrar la primera fase de Liga de Campeones.

El ex técnico del Mallorca B junto a su inseparable preparador físico, el mallorquín Pau Albertí, y el resto de la expedición aterrizaron a las 5.00 horas de la madrugada y a las 10.00 ya se encontraba en la nueva ciudad deportiva de Valdebebas planificando su primer entrenamiento con los titulares del Real Madrid. La intensidad no bajó un ápice y de la misma manera que ayer trabajaron con Juanjo Maqueda, mano derecha de López Caro, en la mañana de ayer lo hicieron con el nuevo técnico, que continuamente pidió intensidad y velocidad a sus jugadores. Tan sólo se entrenaron Iker Casillas, Míchel Salgado, Roberto Carlos, Iván Helguera, Pablo García, Beckham, Zidane, José María Gutiérrez «Guti» y Ronaldo. Y ya se pudieron observar diferencias respecto al estilo del despedido Vanderlei Luxemburgo. Además de la duración de los entrenamientos -el martes se entrenaron dos horas y ayer hora y media por la mañana, más un entrenamiento por la tarde-, López Caro marcó un alto ritmo de trabajo y obligó a sus jugadores a acabar estirando sobre el césped antes de retirarse a los vestuarios.

La sesión de trabajo comenzó tras una charla de presentación del nuevo técnico de diez minutos de duración, que la llevó a cabo junto al mallorquín Pau Alberti, y todos los jugadores. Un fuerte calentamiento, carrera continua, rondos con balón y un circuito para trabajar el físico antes de concluir con jugadas de velocidad y disparos a portería dejó en todo momento un López Caro participativo, encima de sus jugadores (sobre todo del rezagado Ronaldo), lanzó ánimos continuamente.