Carlos Román08/12/05 0:00
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La plantilla del Mallorca ha puesto la calculadora en marcha. Jugadores, cuerpo técnico y el propio entorno han empezado a cuantificar las posibilidades de disfrutar de una plácida segunda vuelta y con esa intención se ha trazado ya el primer gran objetivo del final de año. El deseo de los rojillos es amarrar al menos cinco de los nueve puntos que habrá en juego de aquí al cierre de 2005, ya que eso le permitiría posicionarse a las puertas del ecuador de la Liga con 20 puntos en la mochila. En principio, esa cantidad aseguraría un colchón de puntos suficiente como para afrontar la segunda vuelta sin la tensión que ha acompañado al equipo durante los últimos meses. En cualquier caso, no será una empresa cómoda ni sencilla, puesto que para alcanzar la cifra marcada los isleños tendrán que mantener el nivel de exigencia frente a tres rivales de altura -Osasuna, Atlético y Valencia- y en escenarios muy poco propicios.

En 2004 y en este mismo punto del campeonato la formación balear contaba unicamente con trece puntos en su cartera y fue incapaz de engordar esa cifra en tres citas cargadas de malas vibraciones. Cayó en Montjuïc frente al Espanyol (2-1) fue sonrojado en casa por el Osasuna (1-2) y recibió una dura bofetada en San Mamés que transformó el sabor de las fiestas navideñas (4-0). Esa racha venenosa dejó además un lastre excesivamente pesado y cuando el equipo volvió a la carga en el mes de enero sólo pudo sumar un punto antes de cerrar la primera vuelta.

Comparando los números de una y otra campaña el Mallorca tiene motivos para ser optimista. Tiene cinco encuentros para seguir recopilando crédito y si alcanza lo que se ha propuesto podría ponerse a cubiero en la clasificación. El curso pasado equipos como Getafe o Racing -que acabaron salvándose con relativa comodidad- cubrían la mitad del trayecto con 18 y 16 puntos respectivamente, mientras que el Villarreal, que al final obtuvo billete para la Liga de Campeones, reunía 22. El toque de atención para los baleares lo protagonizaba el Levante, que se fue a Segunda pese a haber logrado 21 puntos en las primeras 19 jornadas.