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Efe|SHANGAI
Rafael Nadal, número dos del mundo, aterrizó en Shangai «dispuesto a hacerlo lo mejor posible, convencido de sus posibilidades y sin importarle quien le toque en el sorteo de los grupos» de la Copa Masters, dijo nada más pisar tierra. A pesar de que persisten las molestias en su rodilla izquierda, donde padece una tendinitis, Nadal se mostró contento. El tenista de Manacor no demostró preferencias para el sorteo de los partidos, y aseguró que no le preocupaba con quién jugaría primero. «La verdad es que cualquiera me parece un rival difícil, todos tienen muchísima calidad», comentó. El jugador no quiso pronunciarse sobre las instalaciones donde se disputará la Copa Masters, el recién inaugurado estadio Qi Zhong, pues «todavía no lo he visto en persona», dijo.

Su tío y entrenador, Toni Nadal, criticó duramente esta decisión semanas atrás, ya que es una superficie que a muchos jugadores no les favorece, pues están más acostumbrados a tierra o a «green set» que a una superficie más dura como el «gerflor taraflex» de Shangai, donde la pelota bota más y el juego se vuelve más rápido. Nadal acude a la metrópolis oriental después de ganar el Masters Series de Madrid el pasado día 23 y perderse los torneos de Basilea y París-Bercy debido a sus problemas en las rodillas. Una lesión en la misma rodilla ya obligó a retirarse de la Copa Masters de Shanghai al ruso Marat Safin, que prefirió no arriesgar su futuro de cara a la próxima temporada, lo que se suma a la ausencia del australiano Lleyton Hewitt, que será padre en los próximos días. Lo que ha dado al argentino Gastón Gaudio la posibilidad de ocupar el puesto del jugador de Adelaida.

De esta manera, se mantienen en la competición el número uno del mundo, el suizo Roger Federer, más recuperado de su esguince en el tobillo hace tres semanas, y el estadounidense Andy Roddick (número tres), que también sufrió molestias en la espalda y el hombro hace una semana en París. Rafael Nadal luce desde hace unos pocos días un nuevo «look». Con el pelo más corto que de costumbre, el mallorquín aclaró en Shangai que este cambio de imagen no obedece a ningún compromiso comercial. «Yo no soy Beckham (bromeó), simplemente el peluquero se pasó un poco», advirtió el tenista entre risas. Nada más aterrizar en el aeropuerto internacional de Pudong, tras una docena de horas de vuelo directo desde Madrid, Nadal fue abordado por una treintena de periodistas, prueba de la expectación con se sigue el torneo, aunque apenas lograron declaraciones por la estricta protección de los guardaespaldas.