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Fernando Fernández|CHESTE
Tiene en su mano la posibilidad de sumar a su larga lista un nuevo récord. Si hoy vence en Cheste, Jorge Lorenzo Guerrero (Palma, 1987) se convertiría con 18 años y 154 días en el piloto más joven que jamás haya ganado un Gran Premio en la cilindrada media. Batiría a Pedrosa por partida doble, pues el de Castellar es el poseedor del actual registro (18 años y 202 días) y a Jorge se le presenta su última oportunidad. El final de una temporada movida no está siendo del todo positivo, pero el piloto del Fortuna Racing ya piensa en su nueva aventura en una marca que le resulta familiar... Y con la que quiere ser campeón del mundo.

-Ha dicho que en las últimas carreras ha dado un poco de «pena». ¿Tan mal le están yendo las cosas en este final de curso?

-Ten en cuenta que desde China estaba siempre en primera línea, y hubo una época en la que siempre estaba delante en los entrenamientos. Ahora, con más experiencia, llevo tres carreras que me cuesta mucho, no hago primero y no voy cómdo encima de la moto.

-Pese a todo, el balance de la temporada es para ser optimistas...

-Me falta una victoria, pero ya me conocéis, soy inconformista y exigente conmigo mismo y con el equipo. Desde China he tenido opciones para ganar y no lo he logrado. En 125, la primera oportunidad que tuve, la aproveché, pero en 250, pudiendo ser el piloto más joven que logra una victoria, no ha llegado el momento. Ahora tengo ante mí una última ocasión y no lo veo claro. Pero pueden pasar muchas cosas... No podemos renunciar a nada, pero a día de hoy no tengo motivos para pensarlo.

-Ha sido un año que le ha deparado de todo. Desde la «pole» y el primer podio en Mugello, hasta la caída en Montmeló o una injusta sanción.

-En Italia me encontré muy bien, y sin apenas rodaje en la cilindrada. Ahora, me debo conformar con estar en primera línea y no va conmigo. Esta temporada me puedo permitir el lujo de cometer errores, aunque el próximo será otra historia. Debo ser más regular y, por encima de todo, ganar carreras. Es lo que marca las diferencias.

-¿Cree que se le ha metido desmasiada presión respecto a Pedrosa y eso puede haberle influido?

-Para nada. La presión no me afecta. Yo confío en mí mismo y sé que algún día seré campeón. Si haces buenos tiempos, es muy fácil hablar y decir según qué cosas. De la misma forma que si no te sale bien la carrera. Entonces, también no resulta complicado que se te echen encima.

-Le pudimos ver felicitando a Dani cuando ganó el Mundial. ¿Han cambiado las relaciones entre ambos? ¿Ha sido el entorno el que ha alimentado este «pique»?

-No lo creo. Simplemente, cuando él hacía la «pole» o ganaba una carrera, yo le felicitaba. Cuando era yo quien lo conseguía, Pedrosa no lo hacía. Por eso he preferido no felicitarle nunca más. Ha sido poco caballero y yo no tengo por qué serlo...

-¿Piensa que puede plantarle batalla a Valentino Rossi?

-No lo sé. Ni me preocupa ni voy a pararme un segundo a pensarlo.

-El que da un salto de calidad de cara a 2006 es usted.

-Es un cambio para mejorar. En teoría estaré más preparado. Tendré una moto que vuela, corre mucho. Además, seré el piloto número uno de la fábrica. Es decir, que si pido una modificación, me la harán. Antes, si lo hacías bien, te escuchaban. Si no, todo lo contrario.

-Entonces, la temporada que viene ya toca...
-Voy a ir a por todas, que nadie lo dude. Saldré a ganar todas las carreras, desde Jerez hasta Valencia. Después, ya veremos qué pasa. Mi actitud va a ser positiva y voy a por la victoria, que nadie lo dude.

-¿Qué le dan a 250 que es la cilindrada más emocionante de todas?

-Parece mentira, porque hace tres temporadas, era una categoría aburridísima y ahora es, junto con 125, la más divertida. Y lo es por la actitud de los corredores. Somos jóvenes, tenemos talento y llegamos con hambre de triunfos y la intención de hacer disfrutar a los aficionados, que son una parte importante de este espectáculo.

-Supongo que la confianza que en usted ha depositado Dani Amatriaín le permite mirar al futuro con tranquilidad.

-Es mi mánager y el director del equipo. Siempre ha tenido fe en mí y debo agradecérselo. La sigue y la seguirá teniendo si no cambian mucho, tal vez demasiado, las cosas. Me siento muy arropado por este equipo y eso para mí es fundamental a la hora de conseguir resultados. Han llegado, pero esa victoria se me resiste demasiado.

-¿Quiénes piensa que pueden ser sus rivales de cara al 2006?

-Va a haber muchos cambios y aquí ya hemos empezado a verlos y vivirlos. El principal, que Dani Pedrosa se marcha a MotoGP. Es el campeón de los dos últimos años y eso se notará. Pero no será el único. Stoner también se mueve -tiene una oferta firme de Yamaha- y a última hora alguno más de unirá a la lista. En teoría está más fácil la cosa, pero siempre en teoría. El Campeonato del Mundo siempre tiene un nivel altísimo y hasta que no eche a rodar no podemos hacer pronósticos. Será complicado, pero forma parte de la competición. Lo que parece seguro es que seguirá siendo una cilindrada interesante.

-Vacaciones, de momento pocas, pero supongo que va a exprimirlas al máximo.

-La semana que viene tenemos trabajo pendiente, pero las aprovecharé al máximo. Ha sido un año largo y eso te pasa factura. Pero cuando te gusta tu trabajo, lo notas menos. Si puedo, pasaré un tiempo en Mallorca, pero la pretemporada va a ser muy larga y no vamos a bajar la guardia en los próximos meses.

-¿Cómo lleva el asunto de las cuatro ruedas?
-Cuando acabe esta carrera, me pondré de nuevo en serio con el carnet de conducir. Tengo la teórica y faltan 3 meses para que me caduque.

-Usted y Rafael Nadal son a día de hoy los máximos exponentes del deporte balear. Supongo que un motivo de orgullo...

-Lo que ha hecho él es una pasada. Los mitos se forjan por lo que ganas. Y lo suyo es increíble. Ha logrado resultados excepcionales y yo todavía nada. Nadal es el mejor del mundo y yo estaré entre los diez mejores. Me queda mucho para lograr lo que él ha conseguido, y le felicito, porque tiene gancho.