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Anatoly Karpov (Zlatoust, Rusia 23-5-1961) es una de las referencias mundiales del deporte del siglo XX y ayer dejó su huella en el II Chess Festival de Calvià ofreciendo su particular visión del deporte que dominó y del que tiene la capacidad para sentar cátedra cuando se manifiesta.

Ayer acompañaron al ex campeón mundial el periodista especializado Leontxo García y el alcalde Calvià, Carlos Delgado, que valoró el legado que la Olimpiada ha dejado en el municipio con la celebración de un evento del calibre del Chess Festival que dirige Santi Andreu y la consolidación del programa «Ajedrez para todos», que ha permitido que los ocho colegios de Calvià oferten el ajedrez como actividad extraescolar con una gran aceptación entre los más jóvenes.

El jugador ruso, en cuya trayectoria figuran seis Olimpiadas (Skopje'72, Niza'74, La Valetta'80, Lucerna'82, Dubai'86 y Salónica'88), llegó el lunes por la noche a Calvià procedente de Estados Unidos, concretamente de Kansas, con algo más de veinte horas de viaje y apenas dispuso de unas cuantas para descansar antes de hacer las delicias de los más de 80 aficionados que asistieron a su lección magistral en la Sala Palmanova. Los profesores de la escuela del ex campeón del mundo impartirán lecciones hasta el viernes día 4 entre las 10 y las 12 en la Sala Palmanova, pero ayer fue el propio Karpov el que cogió la batuta y obsequió a los presentes con algunas perlas de su vasto repertorio.