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Le ha costado poco adaptarse a España, pero una vez que le ha cogido el ritmo a la LEB, Robert Battle se ha marcado como fita ser uno de sus protagonistas principales. El pívot estadounidense se ha granjeado al respeto del vestuario y de sus rivales. Con 24 años ha recalado en el baloncesto español y sus 204 centímetros, pero por encima de todo su fibrada complexión, hacen que no pase inadvertido. El idioma no es un serio obstáculo, pues su carácter afable le ha hecho ganarse el cariño de sus compañeros de aventura en el Palma Aqua Mágica, la escuadra que le permitió dar el salto al otro lado del Atlantico después de demostrar que Argentina y su liga se le habían quedado pequeñas.

En cinco jornadas, ya es uno de los interiores a seguir por los técnicos rivales, y dicen los entendidos que no le faltarán ofertas de ACB. Ante la irregularidad de Johnson y Miller, Robert es la referencia americana del Aqua Mágica y de su nuevo equipo destaca «el buen ambiente entre los compañeros, ha sido elemental para conseguir estos buenos resultados del inicio de la temporada». El discurso ambicioso que maneja la escuadra de Ciutat le atrajo y se siente «muy a gusto en la Isla y en el vestuario. Miller y Stevie me han ayudado mucho a adaptarme, pues ellos ya conocen el baloncesto español de anteriores etapas y tengo muchas ganas de agradar a los que apostaron por mí. Tenemos un buen equipo y podemos dar muchas alegrías a la afición», explica ecinco titular de Eloy Doce.

En León, Battle sufrió su primera derrota en partido oficial en España, algo a lo que resta importancia, pues «jugamos un buen partido, pero nos faltó suerte al final. Si hacemos nuestro trabajo siempre así, podemos ganar más partidos fuera de casa, pero en León era un rival muy peligroso y todos sabíamos que no sería nada fácil ganar allí. El equipo siempre estuvo en el partido, pero en una prórroga podía pasar de todo y no tuvimos fortuna».