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A los dieciocho años, con un cambio de residencia que le costó la enemistad de sus paisanos y siete meses en el paro, Jesús Perera (Olivenza, 1980) se presentó en la Isla. Tímido y desorientado pero con unas enormes ganas de triunfar, el delantero extremeño se estrenó en la Copa Intertoto, pugnó por la titularidad con Luque y Tristán en aquel Mallorca B de Segunda División y fue repescado a cambio de 360.000 euros después de proclamarse máximo goleador de Segunda con el Albacete Balompié. Sólo dos años después, Perera vuelve a dejar la Isla, pero esta vez sin billete de vuelta.

El Mallorca traspasó anteayer al delantero extremeño al Celta de Vigo, donde firmará para las cuatro próximas temporadas. Ayer, recién llegado de Kössen y a punto de facturar para volar hasta Madrid, donde tiene previsto pasar hoy el reconocimiento médico, Perera atendió a este periódico para valorar sus cinco años en la Isla y su paso por el primer equipo: «Me voy con la sensación de no haber podido triunfar como me hubiera querido, pero agradecido al Mallorca, donde llegué con sólo 18 años y he pasado cinco años muy buenos. Aquí me he formado como futbolista y sobre todo como persona porque estar solo, sin tu familia, te hace madurar».

Agradecido
A pesar de su falta de oportunidades en Primera con la camiseta del Mallorca (33 partidos y 7 goles en una temporada y media), Perera se marcha con la conciencia tranquila: «El Mallorca me dio la oportunidad de debutar en Primera División y eso es algo que nunca olvidaré. Me marcho con la conciencia tranquila y sin ningún rencor. Quizás tengo cierta pena por la gente que confió en mí, pero me encuentro tranquilo porque he cumplido siempre que me han dado oportunidades. Ahí están los números, los minutos que he jugado y los goles que he marcado», subrayó.

Héctor Cúper ha sido clave para su marcha. El entrenador argentino ya le abrió la puerta de salida de la SAD balear en el mercado de invierno de la pasada campaña, cuando Perera se marchó cedido al Celta. Allí, el atacante pacense se convirtió en uno de los estandartes para que el grupo dirigido por Fernando Vázquez lograra el ansiado ascenso de categoría. Pese a todo, Perera respeta la decisión de Cúper: «Son cosas del fútbol. Por lo que sea yo era un futbolista que no le gustaba y debemos respetarlo. Igual que para Fernando Vázquez soy un futbolista importante, para Cúper era prescindible. El jugador no lo entiende, pero el míster es el que manda y no hay que darle más vueltas». Desde que finalizó la pasada campaña, con su segundo ascenso a Primera como premio, Perera comenzó a pensar en celeste. El delantero había reiterado su deseo de recalar en el Celta: «El hecho de que me hayan fichado en propiedad ha sido una recompensa al trabajo de la pasada temporada. Es un equipo en el que me encuentro muy cómodo, Fernando Vázquez confía en mi trabajo y espero responder». El Mallorca no se ha reservado ninguna opción de compra para el futuro porque «no tendría ningún sentido».

Primera
Perera espera quitarse la espina que tiene clavada en Primera División, una categoría en la que no ha podido demostrar el olfato goleador que mostró en Segunda División: «En Segunda he hecho cosas importantes, como quedar máximo goleador, y espero demostrar mi calidad en Primera División. El Celta está construyendo un proyecto ambicioso y estoy muy orgulloso de formar parte de él».

Otro de los jugadores que tiene la puerta de salida abierta es el delantero montenegrino Andrija Delibasic. El futbolista balcánico se encuentra realizando la pretemporada en la localidad austríaca de Kössen a pesar de no entrar en los planes de Cúper para la temporada.

El ex jugador del Partizán maneja una oferta del Cádiz y del fútbol portugués y se espera que su futuro se pueda disipar en los próximos días.