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Rodrigo Zuleta|NUREMBERG
Un contragolpe de Adriano le sirvió a Brasil para derrotar a Alemania por 3-2 y ponerse en semifinales de la Copa de Confederaciones pese a que el equipo germano controló el partido durante buena parte de los noventa minutos.

La primera llegada de peligro la tuvo Brasil hacia el minuto 10 con un lanzamiento de falta de Ronaldinho que Roque Junior prolongó de cabeza para que el balón pasara cerca de la portería de Jens Lehmann. Alemania respondió asumiendo mayor agresividad y en el minuto 17 tuvo una gran posibilidad con un remate desde fiera del área de Bernd Schneider que pasó ligeramente por encima de la meta defendida por Dida. Las posibilidades en todo caso estaban llegando ante todo como producto de situaciones a balón parado y por esa vía llegaron también los primeros goles.

Primero, en el minuto 20, Brasil abrió el marcador mediante una falta ejecutada por Adriano desde unos 25 metros de distancia que pegó en un defensor alemán y cogió a Lehmann a contrapie. Casi inmediatamente después, un saque de esquina trajo el empate alemán a través de un cabezazo de Lukas Podolski. El partido estaba equilibrado y Brasil no sólo no lograba imponer su estilo sino que Alemania tenía mayor posesión de balón pero un penalti ingenuo de Robert Huth contra Adriano, ejecutado por Ronaldinho, volvió a darle la ventaja a Brasil. El arbitro chileno, Carlos Chandia, pareció tener algunas dudas a posteriori sobre esa jugada pues poco después sancionó otra pena máxima, esta vez a favor de Alemania, más que discutible que aprovechó Michael Ballack para marcar el empate.

Los cuatro goles con que terminó la primera parte eran engañosos, en un partido en el que había habido pocas posibilidades de gol porque Alemania no encontraba el camino del área y Brasil tenía problemas. Al comienzo del segundo tiempo Alemania apretó el acelerador y, pese a una oportunidad que tuvo Gilberto al recibir un gran pase de Robinho, Brasil empezó a tener problemas. Ballack, recostado hacia la banda izquierda, comandaba el asedio al área brasileña y Alemania se acercaba cada vez más. Pese al dominio alemán, Adiano, tras una pérdida de balón que cogió a contrapie a la defensa alemana, se encargó de poner en ventaja a Brasil en el minuto 77. El gol conmocionó a Alemania y le dio serenidad a Brasil que empezó a tratar controlar el partido y a generar las ocasiones que no había tenido durante buena parte del compromiso.