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Amador Pons|LONDRES
Claudicó Nuria Llagostera a las primeras de cambio. La mallorquina chocó contra Maria Sharapova en un duelo peculiar: cruzaron sus caminos una de las jugadoras más altas del circuito (la espigada rusa mide 1.85 metros) y una de las más bajas (1.56). La diferencia de centímetros quedó patente en la fotografía de rigor previa al encuentro. Las cámaras también buscaron con insistencia las deportivas doradas que estrenó Sharapova. Tras los prolegómenos, la rusa impuso su tenis desde el principio y Llagostera careció de opción alguna para cuestionar la superioridad de la campeona. Sharapova, de paso, ha ensanchado la herida de las representantes de España en esta segunda jornada en el All England Club. Llagostera se despide del tercer Grand Slam de la temporada junto a Arantxa Parra Santonja y Anabel Medina. La segunda raqueta del mundo ha alargado la tradición de Wimbledon. Sólo en una ocasión la campeona del torneo cayó en la primera ronda del siguiente año. La estadounidense Lori McNeil se impuso a Steffi Graff en 1994.

Sharapova ha logrado su decimoctavo triunfo seguido sobre hierba. No pierde desde que su compatriota Svetlana Kuznetsova la venció en los cuartos de final de este mismo escenario en el 2003. Desde ese momento, la rusa ganó Birmingham y Wimbledon en el pasado curso. En esta ocasión, ha llegado a Londres tras revalidar el primero de los torneos. Nunca dio sensación Llagostera de inquietar a Sharapova, auxiliada por un potente servicio y una extraordinaria comodidad en esta superficie. Todo lo contrario que su adversaria, situada en el puesto 36 de la clasificación mundial, pero a todas luces inferior sobre una cancha. Una prueba evidente es que el único enfrentamiento previo que presentaban ambas tenistas se saldó con triunfo de la raqueta de Rusia, en tierra, en los dieciseisavos de final del último Roland Garros. El marcador no ofreció dudas (6-2 y 6-3).

Al final del encuentro, Llagostera no ocultó su decepción y explicó abiertamente que a medida que iba perdiendo el duelo se iba «cabreando». La mallorquina reconoció que Sharapova «dominó todo el rato. Ella jugó muy bien, sacó muy bien y yo casi no podía devolverle; la bola iba muy rápida. Ella tiene un gran revés y no he tenido muchos días para entrenar», comentó la jugadora. Jugar en la pista Central no ha «intimidado» a Llagostera, que consideró «emocionante» estar ahí al principio del encuentro, hasta que vio que éste se le iba de las manos «y me he ido cabreando, al ver que yo lo intento y ella se saca tiro de la manga. Esto te frustra». «Creo que hubiera jugado igual en la pista 18, no creo que se haya tratado de eso hoy, sino de la persona que tenía delante y de que yo no he jugado mi mejor tenis. No es que haya jugado mal, pero ella tampoco me ha dado muchas opciones», reconoció.