Imagen aérea del estadio de Son Moix. Foto: ÓSCAR PIPKIN

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Albert Orfila / Carlos Montes de Oca
El Real Mallorca expande sus tentáculos. Los nuevos gestores comienzan a darse cuenta de que la estructura del fútbol tiene la solidez de un castillo de naipes y se han lanzado a la búsqueda de nuevas vías alternativas de financiación. Para generar esos ingresos ordinarios que permitan dar el salto cualitativo, el nuevo consejo ha trazado las líneas maestras de un proyecto ambicioso que convertiría el estadio de Son Moix en un centro de ocio de primera magnitud. Según ha podido saber esta redacción, el Mallorca ofrecerá al Ajuntament de Palma el estadio Lluís Sitjar a cambio de construir un gran centro comercial en el actual parking de Son Moix. El ambicioso proyecto, que se encuentra en su primera fase y debe ser aprobado por el consejo de administración, consta de un parking subterráneo de dos plantas y de un gran centro comercial con el que se pretende obtener fuentes de ingresos alternativas ante las dificultades para conseguir un buen contrato televisivo.

Para que la operación fructifique, el club balear debe solucionar uno de los contenciosos más complejos de la historia de la entidad: el futuro del estadio Lluís Sitjar. La intención del Real Mallorca, al menos durante la etapa de Mateu Alemany en la presidencia, pasaba por desprenderse de cualquier tipo de lazo que le uniera al viejo terreno de juego de Es Fortí. Ahora, con la llegada a la presidencia de Vicenç Grande, se abre una nueva época en las conversaciones con la Asociación de Copropietarios, que representa a una porción notable de los 666 títulos de propiedad existentes sobre la instalación, aunque el Mallorca posee cerca de 190 acciones.

Cabe recordar que la justicia ordinaria obligó a la entidad balear a hacer efectivo un carné de abonado a todo poseedor legítimo de títulos de propiedad del Lluís Sitjar, siempre y cuando la entidad se hiciera cargo -además de ser copropietaria- de la administración y el mantenimiento del estadio. La división de la cosa común, o lo que es lo mismo, la subasta pública del estadio, y la marcha definitiva del mismo, parecen ser las soluciones adoptadas por el club, aunque los copropietarios no tienen intención alguna de recalificar los terrenos o de vender. La SAD, por su parte, tiene previsto realizar las pertinentes reformas en la Ciudad Deportiva para que el filial y el juvenil pasen a tener los terrenos de la carretera de Sóller como centro de operaciones. Una vez arreglado este conflicto, que no se antoja sencillo porque la mitad de los terrenos están incluidos en la Falca Verda, el club afrontará una nueva etapa de su ambicioso proyecto. Para ello, toma como referencia a otros clubes del fútbol español que han apostado por buscar otras vías de financiación para subsistir. El primer gran pelotazo inmobiliario relacionado con el fútbol lo dio Florentino Pérez, presidente del Real Madrid. Por la venta de la ciudad deportiva, el club blanco se embolsó algo más de 70.000 millones de pesetas (420 millones de euros).