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Si Jorge Lorenzo nos tiene acostumbrados a una elevada dosis de maestría sobre su Honda, la velocidad es otra de sus virtudes fuera de los circuitos. Después de haber sufrido una doble fractura de clavícula en el Gran Premio de Catalunya y haber pasado por el quirófano, poco más de 48 horas ha esperado el piloto mallorquín para dejar claro que va a estar en Assen. Ante la sorpresa del doctor Xavier Mir y su preparador físico, Marcos Hirsch, la movilidad del brazo y el hombro izquierdos de Jorge es elevada para el poco tiempo que ha transcurrido. Por ello, su cartel en la Catedra del motociclismo el sábado 25 de junio está casi asegurado. El martes comenzó a realizar ejercicios en un gimnasio de la ciudad condal y ya dejó ver sus armas. Pese a todo, los responsables de su puesta a punto quieren ser moderadamente optimistas, pese a que Lorenzo está exhibiendo elevados síntomas de recuperación. Estará en Assen, pero los veinticinco puntos que le fueron aplicados también, por precaución. En una maniobra brillante del doctor Mir, se le insertó una placa amoldada a la forma de la clavícula fracturada en dos partes con una intermedia que está resistiendo a la perfección. Es más, han tenido que frenar a Jorge, ansioso por recuperar el habitual plan de trabajo.

Su mánager, Dani Amatriain, su preparador físico y sus padres son testigos directos demilagro que Jorge está protagonizando. Su madre, María, ha querido arroparle en un momento difícil, pero el carácter de Jorge le ha servido para dar esquinazo a una recuperación más larga. Sus ganas de volver a montarse en su moto pueden con todo y quiere obtener un buen resultado para certificar que sigue estando ahí, pese a que un golpe de mala suerte. Sin miedo a nada, Lorenzo se someterá el lunes a una revisión clave para conocer sus posibilidades, aunque el doctor Mir lo tiene claro. «Va a poder correr si no hay contratiempos, su evolución está siendo impecable, algo visto pocas veces», admitió el galeno. Jorge ya sabe lo que es sufrir. Ha padecido ya tres fracturas de clavícula y en 2004 corrió en Brasil con el dedo meñique de la mano izquierda fracturado. «Es algo espectacular, ya hace vida normal y ya le veo corriendo», comentaba su padre, Chicho. Jorge podrá correr en su circuito favorito.