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«Voy a llegar a Assen». Así resume Jorge Lorenzo su catálogo de intenciones, que coinciden con el diagnóstico del doctor Xavier Mir, arrtífice de la brillante operación de la doble fractura de clavícula que padeció el piloto mallorquín en el Gran Premio de Catalunya. «Es de esperar que pueda recuperarse con suma rapidez», explicó el galeno, que ayer acompañó a Jorge en el momento en el que los medios de comunicación colapsaron su habitación del Instituto Dexeus de la ciudad condal. «Me duele más el ánimo que el hombro», comentaba un Jorge Lorenzo sensiblemente recuperado y que volvió a sonreír después de ver frenadas súbitamente sus aspiraciones de alcanzar el título mundial de 250 centímetros cúbicos. Está en su mejor momento y luchaba por el podio. Tenía a Pedrosa acorralado, pero topó con De Angelis y se fueron por los suelos sus esperanzas.

Pese a ello, Lorenzo se muestra esperanzado. «Voy a llegar a tiempo para correr en Assen», aseveró el piloto del Fortuna Racing Team, que ya está en casa y desde mañana se pondrá a las órdenes de su preparador físico, Marcos Hirsch, con el que iniciará la carrera más apasionante de su trayectoria. El Gran Premio de Holanda, su circuito favorito y la cilindrada no pueden prescindir de su gran animador y la única referencia válida al margen de Pedrosa. El trabajo de gimnasio será uno de los puntales de la rehabilitación de Jorge Lorenzo, que refiere el momento de la caída recordando «la tranquilidad con la que íbamos, pero en un momento, por un descuido, todo se fue al traste. Es lo que tiene este deporte, pero hay que mirar al frente. Quiero y voy a estar para Holanda, por mí no va a quedar», dijo.

La fecha del 25 de junio está marcada en rojo en el calendario de Lorenzo y Dani Amatriain. También en la de Chicho Lorenzo, que no se ha separado un momento de su primogénito y es un apoyo fundamental en estos momentos difíciles para la nueva sensación del motociclismo mundial. «Llegaba muy bien a Montmeló y ahora quiero recuperar la forma. Las sensaciones no pueden ser más positivas, pero ahora hay que ponerse manos a la obra. Estaré, si todo va bien, para Assen y quiero seguir estando delante», añadió un Lorenzo que fue sometido a una intervención quirúrgica que duró cerca de dos horas y en al que se le redujo la fractura bifocal con dos fragmentos y uno tercero intermedio a través de la colocación de una plaqueta de titanio sujeta por siete tornillos.