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«Me voy por el bien del Mallorca y el mío propio». Pep Bonet se marcha. Dice adiós. Solo, con más discreción que estridencias y sin ningún representante de la entidad a su lado, el secretario técnico del Real Mallorca en la última década (93-05) anticipó ayer una salida avanzada por este periódico el pasado 27 de marzo. Bonet se reunió con el nuevo presidente del club, Vicenç Grande, en un cónclave que desembocó en una despedida cantada. A falta de apenas dos semanas para que expirara su contrato, el próximo día 30, ha optado por cerrar la puerta antes de que le enseñaran la salida. «Me he reunido con el presidente para notificarle mi intención de no renovar el contrato», apuntó Bonet, que señaló el «desgaste» y la reestructuración de la SAD como dos puntos claves en su decisión. En el cargo desde la destitución de Llorenç Serra Ferrer, Bonet ha alternado aciertos pasados con errores en el presente, unos fiascos que poco a poco mermaron la confianza de los gestores. La entrada de la nueva cúpula directiva y la marcha de Mateu Alemany le han empujado al adiós: «Los motivos son diversos, pero principalmente el desgaste propia de estar tantos años en el cargo y los últimos acontecimientos surgidos en el club. La marcha del presidente Mateu Alemany ha marcado el final de un ciclo y considero que esta decisión es la mejor para mí y para el club», dijo Bonet.

El ya ex secretario técnico, que felicitó a su grupo de trabajo por su «dedicación, honradez y esfuerzo», hace las maletas con la satisfacción del deber cumplido: «Me voy contento porque hemos conseguido cosas importantes y hemos convertido al Mallorca en un club estructurado y modélico». A pesar de más de una década en el cargo, el club no le hizo ningún planteamiento para continuar: «No, ha sido una decisión mía que le he comunicado al presidente. ¿Contraoferta? No, en ningún momento». Bonet, que reiteró que su marcha beneficia a ambas partes porque «es una decisión meditada y sentida», negó que fuera un hombre de Alemany: «Me considero un hombre del Mallorca. He trabajado con Alemany, pero también con Beltrán o Reynés. Siempre he intentado ser un hombre del Mallorca».Su buen ojo permitió el fichaje de Lauren, Tristán, Novo, Luque o Stankovic, que le reportaron al club una inyección económica notable, pero también fracasos sonados, principalmente de entrenadores (Mario Gómez, Krauss, Pacheco) y de futbolistas (Fatih, Pineda, Cristian Díaz, Ligüera...). Bonet no escoge ninguna de sus múltiples operaciones -ha supervisado el fichaje de 120 jugadores- pero sí subraya el «cambio de cara» que ha sufrido la entidad en esta última década. Bonet no ha aconsejado al club su sustituto ideal, aunque suena el nombre de su principal colaborador, Nando Pons: «No lo sé, esa pregunta es para el señor Grande, que es el responsable de la entidad». Su futuro pasa por «irme a casa a descansar» y analizar las posibles ofertas: «No me lo he planteado. Si puedo seguir vinculado al mundo del fútbol, bien; y si no me dedicaré a otras cosas. Si llega alguna oferta interesante, la estudiaré. Es un punto y aparte no un punto y final».