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El Mallorca rearma su próximo proyecto. El club balear ejecutó ayer la opción unilateral que poseía sobre Juan Fernando Arango Sáenz (Maracay, 1980) y le amplió su contrato hasta el 30 de junio de 2008, por lo que el interior venezolano, segundo máximo goleador del equipo la pasada temporada con 6 goles, estará en la Isla tres temporadas más. Llegó en silencio, con un puñado de goles con la selección venezolana encabezando su curriculum y el aval de Benito Floro como principal argumento. Aunque su nombre ya estaba subrayado en rojo en la libreta de la secretaría técnica, la llamada del entrenador asturiano le impulsó hasta el Mallorca. Firmó sólo un año de contrato. Doce meses meses después, se ha destapado como el sucesor de Stankovic en la orilla izquierda y en la hinchada, que le idolatra. Su rendimiento sobre el césped, con 6 goles en 34 partidos, y la extraordinaria recta final de campeonato han empujado a la SAD balear y al cuerpo técnico a ejercer esa opción.

Callado y parco en palabras fuera del campo, Juan Arango es un descarado cuando se viste de corto. Encara, regatea, asiste, tiene velocidad y gol, principalmente con su disparo con la zurda desde fuera del área. Ni siquiera la brutal agresión que le mandó a la UCI ha cambiado el estilo de juego de un futbolista que se presentó sin hacer ruido y que se ha convertido en un ídolo. Arango arrancó su carrera en el Nueva Cádiz de Maracay a los 17 años. Con el bachillerato a medio terminar, aceptó la oferta del Caracas Fútbol Club y se dedicó profesionalmente a este deporte. De inmediato le surgió la posibilidad de ir a México. Benito Floro le vio en unos vídeos y le solicitó a los directivos del Monterrey su fichaje. Posteriormente, Arango defendió la camiseta del Pachuca y del Puebla.

El interior zurdo recibió la oferta del Mallorca en plena disputa de la Copa América con la selección venezolana, de la que es el máximo goleador de su historia. De ahí su apodo de Arangol.