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ESTUDIANTES 84
REAL MADRID 85

ESTUDIANTES (18+19+19+22+6): Rodríguez (7), Jiménez (20), Suárez (5), Iturbe (2), Garcés (17) -cinco inicial-, Vidaurreta (-), Jasen (12), Azofra (9), Patterson (5), Loncar (7) y Miso (-).

MADRID (21+24+20+13+7): Sonko (9), Bullock (23), Gelabale (14), Hervelle (8), Reyes (13) -cinco inicial-, Burke (6), Larrañaga (-), Fotsis (2), Hamilton (1), Bueno (4) y Herreros (5).

Àrbitros: De la Maza, Hierrezuelo y García González. Excluyeron por personales a Jasen (m.40), Iturbe (m.43), Bullock (m.45).

Jorge Muñoa|MADRID

El Real Madrid salió vivo y victorioso del tercer episodio de la semifinal madrileña agarrado a su capacidad de lucha, a la muñeca mágica del estadounidense Louis Bullock y a las concesiones de un Estudiantes venido a menos respecto al segundo choque que ahora está obligado a ganar el viernes para no despedirse de las series por el título después de forzar una prórroga imposible. El colapso azul no nació de una pizarra ni de ninguna situación estratégica concreta. Salió a la luz a partir de las pérdidas de balón. El Estudiantes perdió la brújula en ataque y Bullock lo aprovechó para sacar del túnel a los suyos. El Madrid pasó de dominador a dominado y se creció ante la adversidad bajo una presión ambiental tremenda hasta acabar el primer tramo en una posición de ventaja que nunca se hubiera imaginado (18-21).

El desconcierto, además, afectó a jugadores vitales para el equilibrio estudiantil. Uno de ellos fue Carlos Jiménez. Mientras tanto, el Madrid abría brecha (34-45 m.20). El paso de Bullock por el banquillo permitió que el Estudiantes se acercase. En cuanto regresó a pista los blancos retomaron el control de la situación (37-45). Las doce pérdidas de balón acumuladas en la estadística local habían marcado la frontera. Coartaron al Estudiantes en la misma medida que levantaron al Madrid y el Madrid, pese a ser menos imaginativo como equipo, es más sólido a la hora de sujetar una situación en el marcador (45-60). La defensa apretaba de nuevo sobre Bullock, como en el segundo choque de la serie. El cambio en el decorado vino por la zona. Esta vez, el Madrid supo meter balones interiores y sus pivots encontraron los resquicios para rebañar balones cerca del aro. Aún así, los blancos bajaron el pistón en los cinco últimos minutos del corte y dejaron abierta una puerta que nunca debe despegarse cuando el adversario es el Estudiantes (56-65 m.30). El Madrid sentía el acoso con la lucha del belga Axel Hervelle por todo sustento (60-65 m.33). Los tiros libres y el rebote ofensivo le dieron una brizna de aire (60-70 m.35) que los triples de Hernán Jasen y una cesta de Jiménez a falta de siete segundos le quitaron con el 78-78 condenándole a una prórroga incierta para sus intereses y celestial para el Estudiantes que la fortuna y el acierto de Sonko desde la línea de personal resolvió a cinco segundos de la bocina.