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LLega el momento del análisis, de la autocrítica. Ahora que el campeonato de Liga ha bajado la persiana y que el Mallorca empieza a asimilar todo lo que ha ocurrido a lo largo de la temporada, se abre otra nueva vía porque hay que empezar a valorar las posibilidades del nuevo proyecto y estudiar el camino que toma el club ante su novena campaña consecutiva entre la flor y nata del fútbol español. Tal vez sea pronto aún para profundizar en los detalles del próximo ejercicio, pero la experiencia vivida este año aconseja la rapidez de movimientos y en la planta noble de Son Moix no están dispuestos a demorarse demasiado. El consejo de administración mallorquinista ha tomado buena nota de lo sucedido a lo largo del curso y se pondrá a trabajar desde esta misma semana para que no vuelvan a vivirse situaciones similares. Los gestores rojillos quieren edificar un proyecto de garantías con aspiraciones algo más ambiciosas que las de sostenerse en Primera. Para ello, tienen previsto reunirse por primera vez a lo largo de esta semana y empezar a trazar las necesidades básicas de una plantilla que en estos momentos está minada de interrogantes.

La planificación iniciada hace unos meses ha sufrido un vuelco tan radical como el del equipo. Casi nadie en el club confiaba en la salvación y se habían empezado a sentar las bases de la futura plantilla pensando en términos de Segunda. Se llegó a decir incluso que el modelo ideal sería el del Celta de Vigo y que el vestuario sufriría una profunda reestructuración, aunque afortunadamente, todo se ha quedado en nada gracias a la fulgurante reacción del grupo de Cúper. Ahora los planteamientos son radicalmente opuestos y de aquello que se habló por entonces no se puede reciclar casi nada. Una vez asegurada la continuidad en Primera lo prioritario es reforzar la plantilla para esquivar los problemas surgidos ultimamente. De hecho, en torno al consejo han empezado a circular ya los primeros nombres y destaca sobre todo el del levantinista Alberto Rivera, que podría recalar en la Isla si el club granota accede a traspasarlo.

La figura de Cúper se antoja fundamental en el Mallorca del futuro. Una vez aclaradas las numerosas incógnitas que se habían posado sobre el argentino ante la amenaza del descenso, todo apunta a que el de Chabas será el máximo supervisor de la parcela deportiva y a que será él quien diseñe sin barreras la próxima plantilla. Ya le tocó cumplir con ese cometido cuando regresó a la Isla en el mes de noviembre y fue el encargado de darle el visto a bueno a todos los fichajes del mercado de invierno, pero el hecho de construir el equipo desde sus cimientos incrementa las posibilidades de éxito. En su primera etapa, Cúper generó importantes dividendos con algunas de sus incorporaciones y la intención es que este año ocurra lo mismo. A su vez, la absorción de poderes por parte del entrenador va a acarrear el fin de Pep Bonet como sercretario técnico del club. El ex futbolista finaliza contrato el próximo 30 de junio y no seguirá, ya que ultimamente su grado de implicación en el proyecto se había reducido de forma considerable.