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Alberto Cano López (Palma de Mallorca, 1983) se unió el pasado domingo a una selecta nómina de futbolistas mallorquines. El centrocampista del Arenal tuvo el privilegio de jugar sus primeros minutos en la máxima categoría del fútbol español defendiendo la camiseta del Albacete y se convierte así en el séptimo jugador isleño que se estrena en Primera en la presente temporada. Un dato muy significativo, que delata el excelente momento por el que atraviesa la cantera local a pesar de las dificultades que conlleva dar un salto de estas características.

Cano está viviendo su primer año lejos de casa y ha tenido que buscarse la vida fuera de nuestras fronteras porque aquí se le habían agotado todas las posibilidades. Por eso, cuando Martín Monteagudo le reclamó en el minuto 61 de partido ante la Real Sociedad para sustituir sobre el terreno de juego a Iván Díaz, sintió que todo el esfuerzo de todo un ejercicio había sido plenamente recompensado: «Había estado trabajando para esto y sentí una emoción enorme, ahora sólo espero tener continuidad», apunta el jugador balear.

Alberto se inició en el mundo del fútbol con el equipo de su colegio, La Porciúncula, en el que permaneció tres años antes de dar el salto hasta el Atlètic Balears. Una vez en la Vía de Cintura, prolongó su progresión y comenzó a destacar por sus características, un detalle que le permitió brillar en el panorama insular además de precipitar su fichaje por el Real Mallorca. El filial rojillo supuso la siguiente estación en su carrera, pero en los dos años que estuvo incrustado en el vestuario del segundo equipo apenas tuvo la oportunidad de seguir creciendo. De hecho, acabó jugando cedido en el Constància de Tercera división ante la falta de oportunidades que padecía. El pasado 2 de agosto de 2004 el jugador se marchó a Albacete para abrirse camino y logró hacerse fuerte en el filial de los manchegos, con el que en breve disputará la fase de ascenso a Segunda B. Aunque su debut se retrasó hasta el pasado domingo, Alberto Cano ya había tenido la ocasión de ser convocado anteriormente por el primer equipo y presenció desde el banquillo la derrota de su equipo ante el Barça en la 15ª jornada del campeonato.