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A Coruña. No hay otro nombre anotado sobre el libro de ruta del Mallorca, que ha enfilado la cuenta atrás de su particular partido del siglo convencido de sus posibilidades de éxito. En plena catarsis, el cuadro balear otea la permanencia. Su quimérica experiencia le ha situado a unos pocos centímetros del Levante, un escenario impensable hace poco más de un mes, cuando los valencianos administraban once puntos de ventaja sobre la escuadra de Cúper. Con la Liga al borde de su extinción, el Mallorca está vivo. Quizás más vivo que nunca. Su dinámica se ha invertido, anda en danza con la épica y su fútbol ha recupera credibilidad. La pujanza balear convive con el progresivo hundimiento del Levante, enfangado ya hasta el cuello y con la vista puesta en el retrovisor. «Está claro que debe- mos estar pendientes de lo que haga el Levante porque es nuestra referencia para lograr la permanencia, pero coincido con nuestro entrenador: si ganamos los dos partidos nos salvamos, aunque eso entraña una gran dificultad. De todas formas, tenemos una gran fe en nuestras posibilidades y el equipo va a darlo todo por ganar en Riazor», asegura el presidente Alemany.

En la carrera por la permanencia, Riazor emerge como una estación clave. Nadie ha alzado la voz, pero el Mallorca tiene claro que si agarra tres puntos en A Coruña saldrá de los puestos de descenso y alcanzará la última jornada del torneo -recibe en Son Moix al Betis de Serra Ferrer- dependiendo de si mismo. «Estamos preparando el partido como si fuéramos a jugar la final del campeonato», subraya con firmeza Mateo Alemany, que evita polemizar con los últimos mensajes que han llegado desde Valencia. «¿El arbitraje del pasado domingo? Creo que ganamos al Athletico porque el equipo realizó un gran esfuerzo y nunca perdió la fe en sus posibilidades».

Alemany tampoco quiso profundizar en el contencioso que mantiene con la Federación Española de Fútbol después de que este organismo desestimara la petición balear de unificar el horario de los partidos que disputaron el Real Madrid en Sevilla y el Barcelona en Valencia. «Nuestra postura está muy clara y lo que ocurrió en el Levante-Barcelona es lo que habíamos anunciado durante toda la semana. Hay que preservar el orden deportivo de la competición, ya que casos como éste le hacen un flaco favor al Mallorca y a la propia Liga. Se produjo un incumplimiento del reglamento y lo hemos puesto en manos de nuestros abogados. En este sentido no hay mucho más que decir. Los juristas harán su trabajo; el resto de la gente del club está volcada en intentar ayudar al equipo para ganar en Coruña, que es nuestro gran objetivo».