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Un escorzo de Morientes a la salida de un córner, una carrera de Josemi por la banda derecha, un desmarque en diagonal de Luis García, un tiro sesgado de Reyes, un servicio de escuadra y cartabón de Xabi Alonso. Cesc tirando un pared, Arteta buscando el espacio libre, Mendieta lanzando un caño, Gerard Piqué debutando en la Copa. Hierro combinando con Iván Campo en el círculo central. Es la Premier League, un torneo tradicionalmente hermético que ha decidido abrir de par en par sus puertas al talento del futbolista español. Incluso el Liverpool ha confiado su proyecto a un técnico de Madrid, mientras Arsenal o Manchester United fichaban porteros nacionales. Ahora el objetivo es el Mallorca, la ciudad deportiva de Son Bibiloni, porque allí habitan tres de las nuevas perlas del balompié mundial: Moyà, Nsue y Carmona. Los tres están en todas las agendas de los clubes de primer orden del fútbol inglés que, además, tratarán de aprovechar el hipotético descenso del Mallorca para firmarlos a bajo coste.

Internacional en todas las categorías, Miquel Angel Moyà Rumbo (Binissalem, 1984) es el gran objetivo de la Premier. Minada de porteros de pobres condiciones técnicas, la competición inglesa busca recursos en la Liga española. El Manchester ya abrazó en su día la llegada de Ricardo (Valladolid) y el Arsenal fichó de una forma sorprendente a Almunia (Celta), algo que denuncia la desesperación de los clubes por atrapar guardametas de un cierto nivel. Ahora Liverpool, Arsenal y, sobre todo, el Chelsea, se han lanzado a por Moyà. Tal y como adelantó Ultima Horael pasado 27 de julio de 2004, el club inglés había pedido informes sobre el jugador a través de Paco Herrera, segundo entrenador del equipo inglés que dirige Rafael Benítez. Ha realizado un seguimiento exhaustivo del mallorquín durante toda la temporada -también lo hizo durante la gira inglesa del pasado verano-, porque buscan un portero de garantías que llene el vacío que existe actualmente. Benítez ha ido probando durante el presente curso con Jerzy Dudek y Chris Kirkland, pero ninguno le ha aportado la seguridad necesaria. Tampoco lo hizo el joven francés Patrice Luzi y las carencias en esa demarcación del actual semifinalista de la Champions son enormes.

Arsène Wenger y Alex Fergusson han aplicado un nuevo modelo en la Premier. Reclutan jóvenes jugadores de corta edad y gran proyección y los convierten en futbolistas de presente, básicos en el esquema de sus equipos. Escrutan y peinan gran parte del mercado y manejan informaciones de un amplio puñado de jugadores en formación. Suelen ser tipos que llegan luego de un desembolso económico mínimo y acaban convirtiéndose en activos importantes de sus clubes. El Arsenal, por ejemplo, firmó a Cesc Fábregas cuando todavía tenía acné y ahora es el socio de Vieira en el centro del campo. El Manchester United ya le ha dado la alternativa a Gerard Piqué, un central imponente que se marchó del Barça siendo un crío. Ahora a esa filosofía se ha sumado el Chelsea, que combina grandes adquisiciones a golpe de talonario con seguimiento de jóvenes valores. Miquel Angel Moyà, sin ir más lejos, al que ya se ha aproximado.