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Juan Antonio Lladós|JEREZ
Una falta de entendimiento entre Jorge Lorenzo y su equipo y un ligero despiste del piloto mallorquín en la última vuelta impidieron que mejorara el brillante sexto puesto en el Gran Premio de España de motociclismo, en el que era su estreno en los 250 centímetros cúbicos. Lorenzo fue rebasado metros antes del banderazo a cuadros por su compañero de filas, Héctor Barberá, pero mantuvo el tipo en todo momento hasta consolidarse entre los mejores y demostrar que podrá competir por el podio.

La tensión del primer Gran Premio de la temporada se reflejó en todas las cilindradas. La mejor muestra, en MotoGP. El italiano Valentino Rossi (Yamaha YZR M 1) venció con un final harto polémico al español Sete Gibernau (Honda RC 211 V) en la última curva de la última vuelta. Tanto Rossi como Gibernau protagonizaron un final de carrera de auténtico infarto y con constantes adelantamientos en la última vuelta la mejor posición era para Sete Gibernau, quien llegó a la siempre comprometida última curva de Jerez por el lado bueno, pero Rossi no se «cortó ni un pelo» y, por dentro y con el pie en el suelo, metió su moto y literalmente echó a Gibernau hacia la parte externa de la curva hasta hacerlo salir de la pista.

Rossi fue el primero en la salida, como ya lo había sido en los entrenamientos, en los que logró la «pole», pero antes de que concluyese el primer giro ya estaba en cabeza Sete Gibernau, secundado por Nicky Hayden y con Rossi en tercer lugar.

Tras el trío de cabeza se instaló Marco Melandri, que si bien en alguna ocasión intentó meterle la rueda de su moto al campeón, acabó cediendo y conformándose con ver cono sus rivales abrían un hueco que acabaría siendo definitivo.

A partir de la novena vuelta la diferencia se hizo ya insalvable para Melandri; Gibernau, Rossi y Hayden se fueron en busca de la victoria, pero el ritmo que se impuso por delante era muy alto y el precio que pagó Hayden fue mayor, pues al intentar continuar tras sus rivales se acabó cayendo en la vigésima vuelta y con ello entregó la tercera posición en bandeja a Melandri.

Sólo quedaban en cabeza Gibernau y Rossi y a dos vueltas del final, después de liderar toda la prueba, el campeón italiano consiguió adelantar al español, que no arrojó en ningún momento la toalla y en la última vuelta esperó el fallo de Rossi para superarlo, pero ninguno cedió en su empeño hasta el último instante y cualquier cosa podía suceder.

Así fue. Gibernau adelantó a Rossi al cometer éste un error y tenerse que abrir, luego forzó la situación y ambos se emparejaron en varias ocasiones, pero en la entrada de la curva de meta Gibernau iba por la trayectoria buena y Rossi se metió por dentro, tuvo incluso que apoyar el pie en el suelo y en lugar de mantenerse tumbado se apoyó contra la moto del español para forzar su trayectoria, lo que le obligó a salirse de la pista.

Dani Pedrosa (Honda) logró la primera victoria del año con gran autoridad al imponerse prácticamente desde la primera hasta la última vuelta del Gran Premio de España de 250, en el que el mallorquín Jorge Lorenzo se clasificó en sexta posición. Todos los españoles de la cilindrada, salvo el piloto invitado y ex campeón de España y Europa, el andaluz Alvaro Molina (Aprilia), consiguieron acabar en los puntos.

Con un paso por vuelta siempre constante, en torno al minuto y cuarenta y cuatro segundos, Daniel Pedrosa abrió un hueco importante y dejó sentenciada la carrera mientras que la emoción se centró en las siguientes posiciones, en donde se produjeron no pocos hechos relevantes que modificaron sustancialmente la clasificación.