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Era algo que ya se sabía, pero Rafa Pascual sólo necesitó unos minutos para demostrar en Granada su clase y evidenciar que es un refuerzo muy interesante para que el Son Amar Palma se alce con la Superliga Masculina. El mejor jugador del Mundial'98 es además lo que se ha bautizado como un «fichaje mediático». El club le quiere para ganar el campeonato y le necesita para volver a llenar Son Moix. Para las semifinales ante el Numancia ya ha puesto en marcha la misma maquinaria que provocó que se agotaran los billetes en la Final Four de la Copa CEV. El próximo viernes el equipo quiere dar el primer paso hacia la final y que tres mil personas lo presencien en directo.

Todo lo que ha rodeado al fichaje de Rafa Pascual demuestra que se trata de un jugador fuera de lo común. Su amistad con Damià Seguí permitió que el Son Amar le inscribiera en la Federación Española de voleibol tres meses antes de que el futuro del deportista madrileño estuviera claro. Como sucede con los jugadores de su nivel, otro equipo, el Olympiacos griego, trató de cruzarse en el camino, pero su anterior relación con la Isla y la futura maternidad de su mujer terminaron de convencerle para fichar por el Son Amar.

La llegada de Rafa Pascual a Mallorca fue más propia de un futbolista que de un jugador de voleibol. El aterrizaje del jugador madrileño despertó un gran interés mediático, como también lo hicieron la presentación oficial y el primer entrenamiento. El primer partido de Rafa Pascual con la camiseta del Son Amar fue seguido con mucho interés los medios baleares, granadinos y por la prensa nacional. Durante el partido, las acciones del receptor español fueron seguidas con lupa y tras finalizar el encuentro tuvo que firmar autógrafos a todos los chicos que se congregaron en el pabellón andaluz.