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Adrián R. Huber|BAHREIN
El español Fernando Alonso (Renault) asestó un nuevo golpe al Mundial de Fórmula Uno, al lograr la segunda victoria en tan sólo tres carreras, tras ganar el Gran Premio de Bahrein, que dominó de principio a fin y que le sirvió para reforzar aún más su liderato al frente del campeonato. Fernando cubrió las 57 vueltas al circuito de Sakhir en un tiempo ganador de una hora, 29 minutos y 18 segundos y subió a lo más alto de un podio en el que le acompañaron el italiano Jarno Trulli (Toyota), segundo; y el finlandés Kimi Raikkonen (McLarenMercedes) en una prueba que desde el punto de vista español fue más que sensacional, ya que Pedro de la Rosa, compañero del finés, fue quinto y firmó la vuelta rápida.

La jornada comenzó más que bien, porque, a pesar de que los parciales que marcaba el alemán Michael Schumacher (Ferrari) con su nuevo F2005 asustaban, Fernando no se conformó con mantener la ventaja que había logrado el sábado. El asturiano la amplió con su R25, dejándola en 445 milésimas sobre el alemán, que avanzó, no obstante, al segundo puesto y salió junto a Alonso en la primera fila, en detrimento de Trulli, que había sido segundo en la primera crono. Era la quinta pole de su carrera, después de las de Malasia y Hungría, en 2003; la de Magny Cours el año pasado y la de hace dos semanas, en Sepang, circuito malayo en el que, al igual que en Bahrein, el genial piloto asturiano fue el mejor en ambas sesiones cronometradas, cuyos tiempos se suman para decidir la formación de salida.

En la salida, Alonso aguantó el ataque en la primera curva de Schumacher y, sobre todo, el de Trulli, por fuera. Se colocó en cabeza tras el primer giro y sólo cedió de forma efímera el liderato al ejecutar sus dos paradas en boxes, la primera en la vigésima vuelta y la segunda en la 41. En ambas ocasiones sólo le cedió el mando a Trulli durante un giro por turno. La pugna que mantuvo con Schumacher, turnándose a la hora de marcar las primeras vueltas rápidas de la carrera fue muy emocionante y, de forma inexplicable no fue seguida atentamente por la realización de la TV bahrainí. Fue una pena, porque a tras la undécima vuelta Schumacher se pasó de frenada, se salió en una curva y acabó abandonando por un problema hidráulico. Si el asturiano impuso su autoridad aplastante, De la Rosa protagonizó la carrera más espectacular de cuantos pilotaron en Sakhir. Entró en sustitución del lesionado Juan Pablo Montoya y supo dejar el pabellón alto.
De la Rosa pilotó con agresividad, arriesgó a tope y se dio algún que otro paseo, hasta que logró zamparse a un Jenson Button (BAR-Honda) venido a menos en la 32, cuando Alonso, con diez segundos sobre Trulli ya anunciaba una victoria segura.
Si la pugna con Button fue bonita, más aún lo fue la que De la Rosa mantuvo con el brasileño Rubens Barrichello -el otro Ferrari, que se fue con un triste novenoy para levantar a la gente de los asientos el duelo a cuchillo que mantuvo y resolvió de nuevo a su favor, con Webber.
El barcelonés completó hoy la mejor carrera de su historial en Fórmula Uno y aportó su granito de arena para fomentar en epaddock la moda española, con un quinto que unió al aplastante y arrollador decrack del Principado.
Alonso se paseó hasta la meta y en esta ocasión, respetando las circunstancias, pudo celebrar su triunfo. A diferencia de Malasia, el tubo del líquido funcionó, el de Oviedo pudo beber y no llegó completamente deshidratado a meta.
El asturiano salió más líder de Bahrein, donde ha dado un golpe psicológico. Suma 26 puntos en tres carreras y lidera con diez de ventaja sobre Trulli. A Barcelona, donde se disputará el quinto Gran Premio de la temporada, llegará el primero en la general del Mundial de la categoría reina.