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Han tenido que pasar diecinueve temporadas, casi medio siglo de historia en la realeza y más de 670 partidos en Primera División para encontrar un Mallorca tan deficitario en la máxima categoría del fútbol español. La tarjeta que presenta el grupo balear a estas alturas del campeonato es la peor de toda su existencia en la Liga. Ni siquiera en las campañas 1991-92, 1969-70 y 83-84 el Mallorca aterrizó en la jornada 28ª con tan pocas victorias (6) y tantas derrotas (16) acumuladas en su equipaje. Si contabilizamos el sistema de puntuación vigente hasta la temporada 1995-96, de dos puntos por victoria, la presente arroja los peores dividendos. El proyecto 04-05 apenas alcanzaría los 18 puntos (seis victorias y seis empates), una cifra inferior al botín capturado a estas alturas de travesía en las temporadas 91-92 (19 puntos), 83-84 y 69-70 (20) y 65-66 (21).

La derrota del pasado domingo en Santander, que deja al grupo de Cúper en la cornisa del precipicio a Segunda División, a nada menos que 7 puntos, más egolaverage de la salvación que hoy marcan Osasuna y Racing, ha encendido todas las alarmas en una entidad que atraviesa por el momento más delicado de la última década. Buceando en las diecinueve campañas en Primera División se pueden extraer varias conclusiones. Una de ellas apunta al número de derrotas. Los dieciséis partidos perdidos sólo tienen un precedente en la historia del mallorquinismo en la nobleza. Fue en la temporada 1991-92, precisamente la de su último descenso a Segunda División. En aquella ocasión, sin embargo, el equipo presentaba unos números más aseados en el capítulo de triunfos (siete). También cabe resaltar la tarjeta de la Liga 1983-84, cuando el equipo barralet sólo capturó tres victorias. Sin embargo, había empatado 14 encuentros tes y sólo había perdido once partidos.

Temporada 2004-05. Se presumía una campaña de transición. El traspaso de Samuel Etoo invitaba a rebajar el nivel de exigencia. La mitad de tabla, quizás luchar por entrar en la competición europea, se había convertido en el objetivo inmediato. Sin embargo, la temporada ya comenzó con sobresaltos. Benito Floro no transmitió la confianza necesaria y la crispación se apoderó de la grada. Entonces, el club dio un golpe sobre la mesa y contrató a Héctor Cúper. El equipo reaccionó en las primeras jornadas, para caer después en una depresión en la que sigue inmerso. El técnico argentino sólo ha sumado 19 puntos en los 19 partidos dirigidos y el Mallorca está cada vez más lejos de la salvación. Presenta su peor tarjeta goleadora de los últimos 15 años (sólo ha marcado 28 goles), no ha encadenado dos victoria seguidas y apenas ha mantenido su puerta a cero en tres encuentros. La salvación está a siete puntos con sólo diez jornadas por delante. La permanencia se antoja un milagro.