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La historia del trote vivió ayer una jornada trascendental para su futuro. Una delegación formada por Nicolau Tous, presidente del Institut de l'Esport Hípic de Mallorca; Andreu Artigues, presidente de la Federación Balear de Trote, y Francesc Antich, diputado por Balears y secretario general del PSIB-PSOE, mantuvo un encuentro clave con el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, en la sede del Consejo Superior de Deportes (CSD), en la capital de España.

El motivo de la reunión, a la que también acudió el director general de Deportes del CSD, Rafael Blanco, era hacer patente la reivindicación a través de la cual se perseguía el reconocimiento por parte del Estado, en este caso del CSD, del trote como deporte, dentro de la cobertura que reciben las distintas disciplinas. De la misma manera, se quería conseguir la autorización para que la Federación Balear -la única existente en todo el país- dispusiera de potestad para representar a España en competiciones internacionales, y de paso formara parte de la Unión Internacional del Trote. El requisito previo para crear una Federación Española es poseer una entente de tres territoriales, algo imposible en este caso.

Esta meta se ha conseguido, ya que Lissavetzky les ha prometido todo el apoyo jurídico necesario para cerrar este punto. Desde el Gobierno se buscará la forma de reconocimiento de la realidad balear. Así, el CSD autorizará a la Federación Balear de Trote a representar a España en pruebas internacionales, caso del Mundial de Roma'2005, en el que el próximo verano tomará parte el mallorquín Joan Antoni Riera, que por entonces ya competirá por nuestro país en plenitud de facultades, defendiendo su cartel de campeón continental.