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Las emociones contenidas se desbordaron en una de las más emotivas ceremonias de entrega de la Distinción Cornelius Atticus. La de 2004 ha premiado la densa trayectoria del polifacético Joan Mas (Palma, 1948), un hombre que reconoció que «no sabría vivir sin el deporte». En más de medio siglo de dedicación, ha estado en todos los frentes. Como deportista, directivo, federativo, árbitro, técnico... Una larga serie de logros y fitas que recordaba días atrás en Ultima Hora le han valido una Distinción Cornelius Atticus que Mas dedicó a sus padres y a su mujer, sin dejar de lado a sus hijas, presentes en la entrega, que se celebró en el Consolat de Mar.

A la misma faltaron pocos de los citados. El actual presidente de la Federación Balear de Actividades Subacuáticas contó con el respaldo de los dos más grandes pescadores de la historia: Pep Amengual y Pedro Carbonell. No fueron los únicos. Algunos dirigentes federativos como Miquel Bestard o Sebastià Rico fueron testigos del momento. Al igual que Martí Mora, su predecesor en el selecto club de poseedores de la Distinción que recuerda al pancratista Cornelius Atticus, protagonista de la primera noticia documentada sobre la práctica deportiva en Balears, hallada en las excavaciones de Pollentia (1934). Mora hizo una introducción del galardonado. Una entrada que finalizó con el recuerdo a una persona que «ahí arriba estará muy contenta», en referencia a la esposa de Joan Mas.

Esto provocó que la emoción invadiera al premiado, que se fundió en un sentido abrazo con Mora ante una sonora ovación de los presentes. Joan Mas recibió la Distinción de manos del president del Govern, Jaume Matas, quien también tuvo palabras de agradecimiento a la dedicación al deporte que el homenajeado ha llevado a cabo a lo largo de su vida. Matas admitió que para él era «un honor compartir este tributo con una persona como Joan Mas. Su constancia y tenacidad le han valido el respeto de la sociedad balear y de los medios de comunicación, que son quienes le han elegido».