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En medio de la peor crisis deportiva de los últimos años, el seno del Mallorca ha sido escenario esta semana del nacimiento de un mito. Miquel Àngel Nadal, el futbolista más importante y laureado que ha dado el archipiélago balear a lo largo de toda su historia, ha anunciado esta semana que se marcha, que deja el fútbol. Su anuncio obedece a una decisión muy madurada y como él mismo recordó en su despedida, llega como consecuencia del final de un ciclo. Tres participaciones en sendos Campeonatos del Mundo, una Copa de Europa, una Recopa o cinco títulos de Liga, sobresalen en un palmarés brillante que será la mejor carta de presentación del deporte isleño durante muchísimo tiempo.

Sus números hablan por si solos: ha estado 19 temporadas actuando al más alto nivel, ha disputado casi 300 partidos con el Mallorca y fue una parte importante dentro del mítico «Dream Team» azulgrana dirigido por Johan Cruyff, además de ser el único jugador balear que ha celebrado un título de campeón de la Copa de Europa.

Y es que a pesar de la precaria situación por la que atraviesa el Mallorca, el jugador manacorí ha absorbido todo el protagonismo de la semana. El peso de su palmarés es incomparable y probablemente pasarán muchos años hasta que cualquier otro futbolista de la Comunitat pueda firmar unos registros similares. Todos esos aspectos le convirtieron en el principal icono del mallorquinismo, pero una vez confirmada su retirada su figura seguirá creciendo porque sólo con el paso del tiempo se entenderá la verdadera dimensión de su figura.