La mano del técnico, en la imagen, se debe comenzar a notar. Foto: S.AMENGUAL

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El Mallorca se enfrenta hoy a otro desafío descomunal en su intento por esquivar la tragedia. El grupo de Héctor Cúper recibe al Getafe con la obligación de vencer para aliviar una situación agobiante. El partido es de carácter definitivo en una fase del torneo que no admite segundas oportunidades. Con la Segunda División llamando a su puerta y el vestuario abierto de par en par, el grupo de Cúper corre hacia la salvación, pero el camino está lleno de obstáculos y las caídas son frecuentes. Esta tarde, el Mallorca debe salir airoso si quiere ganarle unos metros a la agonía. El duelo huele a final. La primera de las dieciocho que le restan de aquí a final de campeonato. La victoria supondría dar un paso en la lucha por la salvación; el empate o la derrota tendrán efectos mucho más tangibles, porque supondría quedarse a merced del destino, bajo la amenaza real del descenso, con el Málaga y el Albacete en el horizonte. Así de sencillo. Así de cruel. (17.00 horas, Son Moix).

El Mallorca se juega la vida. El Getafe, mantener la velocidad de crucero que le ha permitido escalar hasta la supervivencia. Es la sensible diferencia con la que ambos equipos afrontan la cita, sobre todo en el caso de los mallorquinistas, que no ganan un partido desde el pasado 5 de diciembre (3-2 al Numancia) y que acumula seis jornadas sin sonreír.

Más allá de cambios de posición o de sistema, de jugar con dos pivotes o con dos delanteros, lo que el equipo necesita urgentemente es volver a creer en sí mismo. El grupo de las últimas jornadas ha bajado los brazos en cuanto le han golpeado y por ese camino sólo se llega al descenso.

La escuadra isleña llega a la cita con una pesada carga en sus alforjas. Sólo ha ganado uno de los ocho últimos partidos, cuatro de los últimos 24 puntos posibles, y sólo ha logrado una victoria en Son Moix en toda la temporada. Sus rivales, en cambio, remontan. Tal es el atasco mallorquín que si hoy pierde ante el Getafe, puede divisar la permanencia a siete o nueve puntos. Una barbaridad. En pleno proceso de reforma y con los vestuarios abiertos de par en par, la entrega finiquita una semana cargada de movimientos sísmicos en el vestuario. Jesús Perera y Delibasic tienen las maletas preparadas para irse al Celta; Marcos Vales ya ha cerrado la puerta y medita su retirada; el brasileño Felipe Melo suda en solitario para ponerse bien físicamente y el argentino Guillermo Marino entrena con Newell's en Mar del Plata a la espera de que se concrete su fichaje. Cúper aprovechó la víspera para relajar los músculos. El técnico argentino no ensayó ningún once y optó por dividir a la plantilla. «Reservad las energías para mañana», les dijo el entrenador. El principal foco de interés apunta a la alineación. Cúper sigue sin destapar su secreto mejor guardado y no desvelará los once elegidos hasta la charla que se celebrará este mediodía. El técnico, que apostará de salida por Miquel Àngel Moyà bajo los palos, sigue anotando en su cuaderno las variantes que ofrece la zona de creación. Alejandro Campano y Poli ocuparán las orillas, mientras que Iván Ramis y Ballesteros se perfilan como los fijos en la trinchera defensiva, ante la ausencia del sancionado Iuliano.

En el centro del campo aparecen las principales dudas. Cúper maneja dos opciones. El plan A supondría entregarle los galones al doble pivote formado por Farinós y De los Santos y dejar únicamente a Okubo en el ataque. El B, mucho más ofensivo, sería situar únicamente al centrocampista uruguayo, con Juan Arango unos metros por delante y el argentino Romeo acompañando al japonés en ataque. En cualquiera de los casos, las bandas mostrarán dos caras nuevas. Luis García y Tuni ocuparán los flancos. Alberto, Cortés, Nadal, Marcos, Jorge López, Pereyra, Farinós o Romeo aguardarán desde el banquillo. El Getafe, por su parte, llega con el depósito de moral cargado tras golear el pasado domingo al Zaragoza con tres goles en tres saques de esquina y dispuesto a dejar al Mallorca unos metros más cerca del precipicio. El equipo madrileño, que visitará por primera vez el estadio de Son Moix, acumula cuatro desplazamientos consecutivos sin perder y su última derrota a domicilio data del pasado 31 de octubre, en el Bernabéu. Eso sí, no conoce la victoria fuera del Coliseum y sólo ha marcado cinco goles. El Geta se presenta con las cicatrices de las últimas refriegas. Pierde a Pachón, su mejor artillero, y a Riki, pero dispone del eterno Gica Craioveanu, que a punto de cumplir los 37 años sigue luciendo su zurda al servicio de sus compañeros. Pero también habrá que vigilar a Vivar Dorado, a la pareja Rivas-Gabi, a los carrileros Mario Cotelo y Pernía y a los tres centrales Belenguer, Raúl Albiol y sobre todo Nano, el único futbolista de la Liga que ha disputado todos los minutos. El camerunés Daniel Kome, por su parte, será uno de los protagonistas, aunque no se vista de corto. El centrocampista camerunés no jugará por una cláusula fijada por el Mallorca en el contrato de cesión según la cual el Getafe tendría que abonar 200.000 euros para que disputara el encuentro.