Nadal y Moyà, en la Plaça de Cort, la tercera parada de un cálido homenaje. Foto: JAUME MOREY

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La Copa Davis, sa Copa Davis, ya está en casa. Ocho días después de que Carlos Moyà y Rafael Nadal protagonizaran la consecución de la segunda Ensaladera de la historia del tenis español, el trofeo llegaba a la Isla y los jugadores mallorquines se lo ofrecieron a los ciudadanos. Fue una jornada maratoniana para homenajear a los actores de la mayor hazaña deportiva de Balears, que tuvo su punto más efervescente en Manacor.

¿Quién dijo que no se puede ser profeta en su tierra? Mallorca les demostró ayer a Carlos Moyà y Rafael Nadal que sus esfuerzos tienen recompensa. La respuesta del público sevillano había sido ejemplar y se habían dado un baño de multitudes en Madrid, pero lo que vivieron en Palma y en Manacor fue especial. Sus paisanos les ofrecieron un homenaje equiparable al tamaño de su gesta.

Porque si hay una tierra que merece ser la propietaria de la Copa Davis esa es Mallorca. 2004 ha sido el año de Carlos Moyà y Rafael Nadal. En enero seguía siendo el gran sueño del palmesano y prácticamente una utopía para el manacorí, que sólo contaba con 17 años. La edad no asustó a Jordi Arrese, Juan Avendaño y Josep Perlas, el grupo de capitanes conocido como G-3, que confiaron la primera eliminatoria en la República Checa al debutante más joven de la historia del tenis español -Moyà y Ferrero estaban lesionados-. Rafael Nadal jugó tres partidos y consiguió el punto decisivo tras doblegar en el quinto partido a Radek Stepanek.

La victoria de Rafael Nadal clasificó a España para cuartos de final, ronda en la que España jugaba como local frente a Holanda. Era la primera vez que coincidían dos mallorquines en el equipo de Copa Davis -Moyà regresaba al equipo tras su lesión- y la serie se jugaba en la plaza de toros de Palma. Curiosamente fue en el Coliseo Balear donde menos participaron los dos tenistas mallorquines. Carlos ganó uno de los individuales del viernes y Rafael perdió formando pareja con Tommy Robredo el dobles del sábado.

Rafael Nadal volvía a convertirse en el héroe en las semifinales de Alicante. Con la eliminatoria empatada a un punto tras la primera jornada, el tenista manacorí protagonizó la victoria en el dobles. Su exhibición ante la pareja francesa, unos de los mejores especialistas, provocó que Moyà le cediera su puesto en los individuales del domingo. Frente a Arnaud Clement, Rafael volvió a mostrar su mejor nivel y selló el pasaporte del equipo español para la final.

En la final, el G-3 sorprendía apostando por Rafael Nadal como compañero de Carlos Moyà en los individuales, dejando a Juan Carlos Ferrero en el banquillo. Fue una apuesta ganadora. Moyà superó con claridad a Fish en el primer punto y Nadal destrozó a Roddick en el segundo partido. Los Bryan sonrojaron a Ferrero y Robredo en el dobles, pero Carlos puso la guinda ganando uno de los partidos más importantes de su carrera a Andy Roddick, que por fin le permitía alzar la Ensaladera.

Carlos Moyà veía cumplido el sueño que ha perseguido los últimos cuatro años y Rafael Nadal se convertía en el jugador más joven de la historia que gana la Copa Davis. La participación de dos jugadores mallorquines en el torneo por equipos más importante del tenis mundial y el protagonismo que han tenido ambos en la consecución de la Ensaladera convierten el triunfo en el mayor logro del deporte balear.