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Héctor Cúper se enfrenta el próximo domingo a un nuevo desafío en su intento por esquivar la tragedia y asomar la cabeza a la superficie. El entrenador argentino ha abandonado el Santiago Bernabéu o el Vicente Calderón con una sonrisa victoriosa. También ha empatado alguna vez en el Nou Camp, Riazor, San Mamés o Mestalla. Pero jamás, desde su desembarco en la Liga española hace más de siete años, ha cerrado la puerta de los vestuarios de Montjuïc con un punto en sus alforjas. Nunca ha podido firmar en el libro de visitas del Olímpico catalán. Con la intención de asaltar la cima tras cuatro derrotas en otras tantas visitas, Cúper prepara minuciosamente su próxima salida.

El de Chabas acude a su estadio maldito, al único escenario que ha visitado desde que llegó a España en el que siempre ha doblado la rodilla. Cuatro visitas y cuatro derrotas. Montjuïc comparte escenario en la particular crónica negra del técnico con el estadio Francisco de la Hera de Almendralejo, con la salvedad de que sólo visitó al Extremadura en dos ocasiones.

Durante su primera etapa en el fútbol español, en sus cuatro temporadas, Héctor Cúper tuvo el privilegio de dejar su sello en todos los estadios que visitó.

Con el Mallorca jamás puntuó en el Santiago Bernabéu, pero se quitó la espina sentado en el banquillo del Valencia con un 2-3. Y a la inversa; con el conjunto ché siempre perdió en el Nou Camp, un escenario que sí profanó durante su etapa balear con un empate. Todavía existen estadios inexpugnables para Héctor Cúper, como San Mamés, Riazor o el propio Camp Nou, donde nunca ha celebrado la victoria pero al menos ha estampado su firma con algún que otro empate.

El entrenador del Mallorca ha desfilado por el Olímpico barcelonés en cuatro ocasiones, dos con el Mallorca (97-98, 98-99) y otras dos con el Valencia (99-00, 00-01), con un balance desolador: cuatro derrotas, seis goles en contra y sólo dos a favor. Además, en tres de esos cuatro desplazamientos el equipo que él dirigía se quedó sin marcar, perdiendo por 1-0 en las tres ocasiones.

Para añadir más sal a la herida cuperiana, la trayectoria del Espanyol en el presente curso en su estadio impone respeto. Sólo ha perdido ante el líder Barça (0-1), empataron Deportivo y Villarreal y perdieron Atlético de Madrid, Málaga, Racing y Real Madrid...

La primera vez que Cúper visitó el Lluís Companys fue hace exactamente siete años, en concreto un 6 de diciembre de 1997. El grupo balear se presentaba en Barcelona en plena cuesta abajo, con cuatro partidos sin ganar y los agoreros llamando a la puerta. El Mallorca jugó un mal partido y sucumbió ante el Espanyol (1-0).

En la siguiente temporada, a comienzos de febrero, se repitió el resultado. El encuentro estuvo marcado por el debut del argentino Mauricio Pineda, cedido en el mercado invernal de esa campaña por el Udinese, como lateral derecho. Una acción desafortunada de la zaga desembocó en el 1-0.

Cúper cambió de club, pero no de suerte y sufrió ante el Espanyol, y en Montjuïc, la primera derrota en la Liga como entrenador del Valencia.

Fue un choque agitado, cargado de goles, que acabó con el triunfo catalán (3-2). Benítez, De Lucas y Posse neutralizaron los tantos de Mendieta y Juan Sánchez.

La cuarta visita de Cúper a la montaña olímpica fue en la Liga 2000-01. El Espanyol se impuso al Valencia (1-0) y certificó la maldición del entrenador argentino.

Curiosamente, en las dos temporadas que Cúper dirigió al Valencia, el Mallorca logró dos victorias consecutivas en Montjuïc. Así, en la temporada 1999-00, con Fernando Vázquez sentado en el banquillo balear, el grupo rojillo se impuso 1-2 con goles de Stankovic y Leo Biagini. Ese triunfo acabó con una racha de casi 40 años sin ganar en el Olímpico catalán. Y a la campaña siguiente, con Luis Aragonés como técnico, un gol de Albert Luque derribó la fortaleza espanyolista.

En el cómputo global de los enfrentamientos, los números favorecen de forma notable al Espanyol, que le ha ganado al Mallorca en su estadio en las tres últimas temporadas. Contabilizando las 17 visitas mallorquinistas, entre Primera y Segunda División, el balance arroja un balance de doce triunfos locales, dos empates y tres derrotas.

El Espanyol, por su parte, ganó ayer en un amistoso al Vilafranca por 1-4, en un amistoso para conmemorar el centenario de esta entidad de la comarca del Penedés, en el que también participaron de forma activa los jóvenes valores del equipo.