Rafael Nadal junto a su tío y a la responsable del área de Deportes de Manacor, Bel Ferrer. Foto: S. AMENGUAL

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El héroe más precoz en la larga historia de la Copa Davis ya está en casa. El largo fin de semana que ha vivido Rafael Nadal tendrá continuidad en los próximos días. El joven tenista de Manacor será protagonista de una larga serie de homenajes y tributos al irrepetible hecho que ha protagonizado junto a su amigo y compañero Carlos Moyà. Levantar la Copa Davis con dieciocho años es un lujo al alcance de muy pocas personas. Y él ha sido uno de los elegidos. Rafael fue recibido en la terminal de Son Sant Joan por una completa delegación que representó a todas las instituciones de la Isla. El director general d'Esports, Pepote Ballester; el teniente de alcalde del Ajuntament de Manacor, y tío del jugador, Rafael Nadal; la responsable del área de deportes, Bel Ferrer, y Dolça Mulet, en nombre del Consell de Mallorca, además de Antoni Serra, presidente de s'Institut, quisieron estar junto a Rafael en unos momentos muy especiales para el tenista.

Después de una ajetreada jornada, marcada por las recepciones en la capital de España y el encuentro con la afición, Rafael puso fin a una jornada que no podrá olvidar. Toda vez que ha empezado a asimilar la fita alcanzada en La Cartuja, Rafael no ocultó sus sensaciones al formar parte de este equipo. «Estoy encantado de jugar con España. Además, en este caso de trata de un hecho histórico, dado que ver a dos mallorquines es una situación que puede ser difícil que se repita. Mallorca es una Isla, y no un país como Estados Unidos, por lo que tiene más mérito», comentó el de Manacor. Sus sensaciones dentro del equipo de Copa Davis le llevan a tener muy claros sus orígenes. «Jugamos para España, pero somos mallorquines y estamos muy orgullosos de ello», añadió.

A la hora de pasar revista a una temporada que se ha cerrado de la mejor manera posible, el jugador más joven en levantar la Ensaladera no duda que «ha sido un año complicado, aunque ha finalizado de la mejor manera posible. Ha sido muy bonito. No se ha cumplido el objetivo en el ránking que me había planteado, y mi preocupación es meterme entre los 15 o 20 mejores jugadores del mundo». Nadal reconoció estar sorprendido después del recibimiento de Madrid «más propio de un equipo de fútbol», a la vez que revivió lo acontecido este fin de semana en la final de la Copa Davis, de la que destacó su partido ante Roddick y el último punto logrado por Moyà. «Esto es alucinante. Algo que sólo se ve por la televisión y que parece que únicamente le sucede a los equipos de fútbol. Habíamos hablado de lo que nos esperaba hoy -por ayer-, pero esto ha superado nuestras expectativas», afirmó emanacorí que como el resto de sus compañeros vio como unos dos mil aficionados les homenajearon en la sede del consistorio madrileño, aunque la fiesta siguió en la Comunidad de Madrid. A la hora de resumir su actuación, Nadal tiene claro que se queda «con el primer día, el segundo partido que disputé. El público nos empezó a entender y me ayudó mucho. Luego el último encuentro de Moyà, quien jugó uno de sus mejores partidos. Estuvo muy centrado y aprovechó al máximo su oportunidad. Llevaba tiempo esperando esto», añadió. Por último, Nadal reafirmó el apoyo de todo el equipo a la capital española y se mostró ilusionado «por poder disputar los Juegos de 2012 en Madrid. Si todo va bien creo que llegaría, porque con 26 años confío en seguir en activo», finalizó un Nadal que ya forma parte de la leyenda. Y lo mejor está por llegar.