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Miguel Luengo|SEVILLA
El equipo español de Copa Davis encara el 2005 con la seguridad de que cuenta con un conjunto competitivo, capaz de sufrir en pista rápida y cubierta como se espera en las primeras eliminatorias, pero sobre todo con la madurez alcanzada tras obtener dos títulos en cinco años. Tras la euforia de vencer a Estados Unidos por 3-2 en Sevilla, España volverá a la carga del 4 al 6 de marzo para defender su título visitando a Eslovaquia, un conjunto que se frota las manos porque jugará sus mejores armas en pista cubierta y lo más rápida posible. La experiencia del 2001, cuando tras vencer a Australia en el Palau San Jordi se perdió contra Holanda en Eindhoven a las primeras de cambio, será sin duda recordada, sobre todo por el desánimo que causó en aquella ocasión pasar de la más absoluta euforia y triunfalismo a la más hiriente derrota.

En este caso el riesgo es doble, pues si se vence a Eslovaquia, el siguiente rival en cuartos de final saldrá del duelo entre Holanda y Suiza, del 15 al 17 de julio, también viajando fuera, y por supuesto en las mismas infernales condiciones que se esperan contra Eslovaquia. No obstante, el recuerdo de la primera eliminatoria disputada este año en Brno contra la República Checa ofrece garantías. Allí viajó el equipo español como víctima propiciatoria, sin poder contar con Juan Carlos Ferrero y Carlos Moyá por lesión y de allí se salió con la moral por las nubes. Y allí surgió un grupo de jugadores, con un espíritu nuevo. Los Feliciano López, Tommy Robredo y Rafael Nadal, junto con Alberto Martín que salvaron al equipo español y pusieron los cimientos para que se pudiera alcanzar los cuartos contra Holanda, en Palma de Mallorca, y luego las semifinales de Alicante ante Francia.

«Ellos son el plan Renove», dijo Jordi Arrese, capitán del equipo, al referirse a las nuevas incorporaciones, incluido el madrileño Fernando Verdasco que estuvo en Sevilla para ayudar en los entrenamientos, junto con Guillermo García, de la escuela de Ferrero. El G-3 tiene presente que su continuidad también depende de las elecciones a la presidencia que se celebrarán el 29 de enero, en las que Agustí Pujol, al frente durante los últimos 19 años, tiene un duro rival en la coalición que lidera Pedro Muñoz, presidente de la Federació Madrileña.