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Héctor Cúper se enfrenta a un dilema inédito desde que asumió el poder de mando del Real Mallorca hace ahora un mes. La recuperación de Miquel Angel Moyà, lesionado en la víspera del primer partido de la era Cúper, empujará al técnico argentino a la cábala. El de Chabas ha alineado al holandés Sander Westerveld en los cinco partidos oficiales que ha dirigido (cuatro de Liga y uno de Copa), mientras Miquel Angel Moyà se recuperaba en la enfermería de su lesión fibrilar en el muslo derecho. Ahora, con los dos porteros en condiciones, se reabre el dilema de la portería, un debate alimentado en las últimas horas por el error cometido por Westerveld en la jugada que generó el segundo gol del Valencia. Miquel Angel Moyà se adueñó de la portería mallorquina desde la primera jornada. Aquel 29 de agosto, el portero de Binissalem recibió su bautismo en Primera División de la mano de Benito Floro y con el Real Madrid de testigo. El nombre de Moyà se incrustó en la pizarra del Real Mallorca durante las siete jornadas de Liga posteriores. En ese tramo de nueve partidos, Moyà resultó decisivo en el triunfo en Getafe y evitó goleadas de escándalo con el mano a mano como principal arma.

A pesar de sus buenas actuaciones, la pésima racha del equipo le empujó a encajar casi un gol y medio por partido, con 14 goles recibidos en 9 partidos. La mala suerte le miró a los ojos en la víspera del desplazamiento a Sevilla. Horas antes de embarcar rumbo a la capital hispalense, en el primer partido con Héctor Cúper, Moyà se quedó en tierra por una rotura fibrilar, una lesión que rescató del ostracismo a Sander Westerveld. Al respecto de su posible regreso a la titularidad, Moyà apuesta por la cautela: «El debate es de la prensa, no nuestro. Yo lo único que puedo hacer es trabajar y estar a disposición del entrenador. Ahora, si juego o no ya no depende de mí», indicó ayer a este periódico el portero internacional sub-21. El portero holandés, fichado unas horas antes de cerrar el plazo por deseo expreso de Benito Floro, permaneció agazapado en el banquillo hasta que Tomeu Llompart le dio la alternativa en la primera eliminatoria de la Copa del Rey ante el Rayo Vallecano. La lesión de Moyà unos días más tarde le empujó directamente a la titularidad en Sevilla en el estreno de Cúper. El holandés firmó una buena actuación, aunque el gol hispalense le pasó por debajo del cuerpo.

Unos días más tarde, en Son Moix ante el Atlético, cometió un par de errores en los balones bombeados al corazón del área. En uno de ellos, Colsa selló el tanto del empate definitivo. Y el pasado domingo, en Mestalla, Westerveld cometió un «error» en la acción del segundo gol: «Pensé que llegaría al balón y cuando vi que no podía, ya era demasiado tarde», indicó ayer el portero holandés, que no quiso entrar en el debate: «No puedo decir nada al respecto porque mi trabajo es estrenar y que el entrenador decida». Westerveld ha encajado 6 goles en los 6 partidos oficiales disputados y 4 en los 4 de Liga.