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El centrocampista se destapó a orillas del Turia como uno de los jugadores más completos de la Liga. El interior recaló en la capital levantina a cambio de 4 millones de euros (más de 660 millones de pesetas) y, sólo doce meses después, le abrieron la puerta de salida con una cesión al Real Mallorca. Se trata de Francisco Javier Farinós (Valencia, 1978) y Jorge López (Logroño, 1978) dos futbolistas con pasado valencianista y presente mallorquín que el próximo domingo regresarán a Mestalla.

Criado en las catacumbas de Paterna, Farinós llamó la atención del primer equipo con 18 años y nueve meses en el estadio de Riazor. Demostró su carácter desde el primer día cuando discutió con el montenegrino Mijatovic por tirar un penalty. Desde aquella tarde, Fari -así le conocen sus compañeros- se incrustó en el centro del campo ché gracias a Jorge Valdano primero y Claudio Ranieri después. Con el técnico italiano, que dirigió al Valencia las temporadas 1997-98 -desde la cuarta jornada- y 98-99, se convirtió en una pieza clave en su sala de máquinas. Aquella pareja Mendieta-Farinós se podría equiparar en importancia al binomio Albelda-Baraja.

Alzó la Copa del Rey (1998), conquistó la Supercopa (1999) y disputó la final de la Champions League'00 ante el Real Madrid en el Parque de los Príncipes. Unos días más tarde de aquella cita en París, el Inter se presentó en Valencia con 3.000 millones de pesetas, un traspaso récord un jugador español. Cuatro años después de aquel estreno, Farinós cerraba su ciclo ché con 115 partidos y 10 goles en Liga. Tras su paso por el Inter (00-04) y media campaña en el Villarreal (02-03), Farinós regresa mañana a su casa.