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El Constància ha regresado a su hábitat natural a base de fuerza y continuidad. El grupo que dirige Jaume Bauçà ya gobierna con autoridad la Tercera balear y está dando cada vez más volumen a su ventaja sobre el resto de equipos gracias a la convicción que refleja su juego. Una abrumadora serie triunfal y el tropiezo de varios de sus rivales en la última jornada han reforzado su candidatura y le han otorgado la confianza necesaria para seguir mirando hacia adelante. Desde que hace dos temporadas protagonizara un ajustado mano a mano con el Vilafranca que al final le dio el título a los verdiblancos, el club inquense no había vuelto a sentirse tan arriba. Sin embargo, siete victorias en las últimas siete jornadas le han disparado en la clasificación para instalarle en un puesto privilegiado y han elevado al máximo el grado de autoestima de su vestuario.

El plantel de Bauçà se ha distinguido en este primer ciclo de la competición por una perfecta combinación de veteranía y juventud en la que varios futbolistas han asumido el mando desde el primer momento. Es el caso de jugadores como Sergi Rojals o Amorós, que además de ser los más utilizados por el técnico, se encargan también de portar los galones en el campo y de mover al bloque hacia donde más le convenga. El primero de ellos, regresó este verano al fútbol isleño tras probar fortuna en Catalunya y se ha convertido en una de las participaciones más agradebles del torneo. Los nombres de Silvano, Jaime Ramis o Adrián tampoco están pasando desapercibidos.

En las tareas ofensivas, Paco Coll y Marcos se reparten la mayoría de los goles, mientras que la frescura la aportan los jóvenes Marcos, Luis Jiménez, Magí, José Luis o Lluis Simó. Inca y su club han vuelto a la primera línea de batalla más lanzados que nunca y amenazan con hacerse fuertes en el trono.