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REAL MADRID 77
ESTUDIANTES 68

R. MADRID (18+16+22+21): Bennett (13), Bullock (7), Herreros (7), Fotsis (18), Burke (4) -cinco inicial-, Gelabale (4), Sonko (13), Stojic (3), Reyes (8) y Bueno (-).

ESTUDIANTES (21+13+18+16): Azofra (5), Hernán Jasen (16), Jiménez (15), Iturbe (5), Garcés (17) -cinco inicial-, Patterson (6), Rodríguez (-), Loncar (2) y Vidaurreta (2).

Àrbitros: Martín Bertán, Pérez Pérez y García Leal. Excluyeron por personales a Bullock (m.35).

Jorge Muñoa|MADRID

El recelo histórico que siempre se han profesado el Real Madrid y el Estudiantes ha inaugurado un nuevo capítulo en Vistalegre, la cancha que ambos van a compartir a partir de ahora, después de un gran espectáculo emborronado camino del vestuario, cuando todo había terminado, por una gresca. Un duro bloqueo de Hernán Jasen sobre Mostapha Sonko en los segundos finales enfrentó al francés y al hispano-argentino al enfilar el túnel. Cuando Alberto Herreros trató de separarlos, el panameño Rubén Garcés le lanzó una patada y los dos equipos se enredaron en una fea pelea.

A Herreros, indignado, le tuvieron que frenar entre varios para que las cosas no empeorasen todavía más porque el capitán blanco quería saldar cuentas con Garcés. Así acabó un día de verdadera fiesta porque el Real Madrid aterrizó en Vistalegre con todo tipo de buenos augurios y no sólo por la victoria con el gran rival, que siempre viene bien, sino por excelente jornada de baloncesto vivida en Carabanchel, abierta a velocidad de vértigo.

La remodelación llevada a cabo en el Real Madrid se ha traducido en un equipo mucho más veloz que la pasada temporada, con un gusto similar por la rapidez al que siempre ha caracterizado a los chicos del Ramiro de Maeztu, que pudo comprobarse desde el inicio del partido. Hubo alternancia en el marcador todo el partido, pero en los minutos finales los errores desde la línea de personal y desde el perímetro allanaron el camino del triunfo al Real Madrid.