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Andaba el Mallorca metido en un buen lío, allá por el minuto 66. Farinós enviaba un trallazo al poste y el balón se perdía en el área. Poco después, Calatayud repelía un remate de Luis García y aparecía Delibasic para lograr la igualada. Fueron los mejores momentos del equipo de Floro, que entonces creyó en la victoria ante el Málaga. El técnico asturiano acababa de variar el dibujo inicial, en el que Luis García formaba solo en ataque. ¿Jugó mejor el Mallorca con dos puntas? ¿Es más rentable actuar con sólo un atacante? ¿El sistema debe cambiar en función del rival o del escenario? El debate está abierto. Desde que el Mallorca jugó en Getafe todo se ha redactado entre interrogantes. La solvencia que el grupo balear exhibió en el Coliseum Alfonso Pérez no sirvió para que la discusión se zanjara, como si el rival de entonces no sirviera para generar ningún tipo de aproximación. Eso lo aplazó todo hasta la visita del Málaga, pero el pobre primer tiempo del Mallorca no hizo otra cosa que echar gasolina al fuego. Floro apostó de entrada por Luis García como la referencia tangible en ataque, pero a medida que el partido se empinaba pensó en engordar la línea de vanguardia. Prescindió de Marcos Vales y puso sobre la arena a Delibasic, que en un par de minutos ya había mirado a los ojos de Calatayud. ¿Tuvo mejor pinta el equipo? Lo cierto es que el Mallorca acabó perdiendo, y que eso no ayuda a aportar luz.

Floro busca equilibrio y su apuesta es una batería de centrocampistas polifuncionales, versátiles y con un enorme recorrido. Eso implica que tipos como Jorge López, Marcos Vales o Farinós deben pisar con frecuencia territorio enemigo, el área rival. «Lo que hacemos ahora es que, en vez de situar dos arriba de inicio, cuando atacamos siempre llegan dos jugadores», explica Floro. El equipo persigue ese objetivo, a pesar de que en ciertos momentos ante el Málaga Luis García se dio la vuelta y se encontró rodeado de contrarios. Fue a poco del final del primer acto, cuando Farinós dio un paso al frente y Jorge López y Arango encontraron vías de acceso a la portería del Málaga, cuando el Mallorca tuvo un aspecto más acicalado. Ese es el tratado de intenciones de Floro, pese a que su libro de estilo tiene algunos apéndices. «Mi idea es acabar jugando con dos delanteros, de hecho en ciertas fases del partido lo hacemos», comentaba el entrenador rojillo la pasada semana en una entrevista concedida a este diario.

Y así fue. En la reanudación ya actuaba Delibasic junto a Luis García. Floro quitó a Vales y envió a Farinós a la derecha, prescindiendo de uno de los centrocampistas del círculo central. Eso, cuando menos, empujó al equipo, a pesar de que, paradójicamente, el Málaga gozó de sus mejores ocasiones para marcar: Amoroso falló primero ante Moyà tras aprovechar un error de Niño y luego marró un penalti. Eso es lo que teme Floro, que el Mallorca pierda el sentido. De momento, los dos delanteros más fiables del equipo ya han marcado y lo único que todavía está por determinar es si los mediocampistas serán capaces de mejorar sus prestaciones en ataque. Tal vez con ello, el debate se acabaría por cerrar.