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Juan Antonio Lladós|MOTEGI
La pugna entre Daniel Pedrosa (Movistar Honda) y Toni Elías (Honda) por la victoria en el Gran Premio de Japón de 250 c.c. fue lo mejor de una jornada en el circuito Twin Ring de Motegi que resultó aciaga para los españoles y en la que Jorge Lorenzo (Derbi) quedó séptimo en 125 c.c.

Pedrosa y Elías protagonizaron una lucha de poder a poder que al final se decantó del lado del piloto de Movistar, muy a disgusto de Elías, quien cargó las tintas sobre el reglamento técnico que no limita el peso mínimo en esta cilindrada y por esa razón considera que beneficia al campeón mundial de 125 c.c., que según el de Manresa pesa 13 kilos menos que él «y eso se nota, y mucho. Hoy -por ayer- se ha podido ver claramente».

Lo cierto es que desde el principio en la prueba del cuarto de litro ambos pilotos se perfilaron como los únicos candidatos a la victoria, dejando atrás a todos sus rivales, algunos de los cuales pagaron cara su osadía de intentar mantener el rebufo, como fue el caso del francés Randy de Puniet (Aprilia), que acabó por los suelos y sólo pudo regresar a la pista para ser undécimo.

Esa circunstancia, unida a la victoria de Daniel Pedrosa, le coloca en la clasificación provisional del mundial con 47 puntos de ventaja, prácticamente dos grandes premios completos, cuando escasamente quedan cuatro por disputarse.

Y si Pedrosa y Elías destacaron en su lucha por la victoria el castellonense Alex Debón lo hizo en su lucha por colocar la Honda de la escudería BQR en la novena posición, pero en la última vuelta a punto estuvo de quedarse sin gasolina y tuvo que conformarse con la décima plaza.

Siempre mejor que lo que le sucedió a Fonsi González Nieto (Aprilia), quien no levanta cabeza y después de perder muchas posiciones acabó entrando en boxes con problemas mecánicos.

Los entrenamientos habían puesto en evidencia las posibilidades de Héctor Barberá (Aprilia) y Lorenzo de despuntar en los 125 c.c., pero el parón que se produjo al sufrir una fuerte caída dos pilotos en la recta de meta, que obligó a enseñar bandera roja, les cortó de raíz todas sus aspiraciones.

Como si del punto de partida de todos sus problemas se hubiese tratado, tanto Barberá como Lorenzo tuvieron dificultades mecánicas para regresar a la pista con la misma moto, tuvieron que cambiar, el primero al entrarle una pequeña piedra en el carburador y el segundo al no lograr arrancar su moto, por lo que al salir con la segunda unidad, que no estaba en perfectas condiciones y el hecho de hacerlo en última posición, al encontrarse el «pit lane» cerrado, fue suficiente para dar al traste con todas sus aspiraciones.

Barberá ni siquiera pudo acabar la carrera, por lo cual todo el terreno que había recuperado en Portugal frente al italiano Andrea Dovizioso (Honda) lo perdió de nuevo y Jorge Lorenzo se rehizo como pudo y remontó para concluir séptimo, que como mal menor no dejó de ser un buen resultado para el mallorquín.

Mucho peor fueron las cosas en MotoGP. Sete Gibernau (Movistar Honda RC 211 V) no pudo enmendar la situación de entrenamientos y si no llega ha ser por la caída inicial de seis pilotos no habría entrado ni entre los diez primeros, por lo que la sexta posición fue casi un regalo del cielo, aunque su rival y líder del mundial, el italiano Valentino Rossi (Yamaha YZR M 1), con su segunda posición ganó más puntos que si hubiesen hecho primero y segundo.

Daniel Pedrosa reconoció que había sido «una carrera durísima desde el principio con Toni Elías y a la vez un triunfo muy importante por varios motivos». «El fin de semana en Japón empezó con muchos problemas por la fuerte caída que sufrí y de la que he podido reponerme y también porque para Honda era muy importante conseguir la victoria aquí», afirmó el piloto catalán.