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Pertenecen a la misma generación, aunque Benito Floro (Gijón, 1952) es cuatro años mayor que Gregorio Manzano (Bailén, 1956); se han cansado de tragar tierra en las cloacas del fútbol español antes de desfilar por la planta noble; pueden presumir de un ascenso a Tercera División, otro a Segunda División B y de una Copa del Rey... Pero, por encima de estas coincidencias deportivas y personales, los caminos de ambos entrenadores tienen un denominar común: la psicología.

Floro y Manzano cruzarán el domingo sus métodos, dos formas similares de entender el fútbol y de conducir a un grupo. Será una cita en el diván. El actual entrenador del Real Mallorca fue el primero en introducir su psicología en un vestuario, una circunstancia que acaparó portadas y titulares porque entrenaba al Real Madrid. Cuando Benito Floro abrió la caseta blanca a Emilio Cidad, muchos le tildaron de excéntrico. Algunos episodios que se destaparon no contribuyeron a propagar la moda. Más bien todo lo contrario. «Si hubiéramos ganado aquella Liga en Tenerife, hoy todos los equipos de España tendrían psicólogos», recuerda ahora el técnico asturiano.

El técnico del Málaga, psicólogo de profesión, también ha aparecido en el escenario mediático por sus peculiaridades en el interior de un vestuario. Una década después de que Floro abriera la veda es habitual la presencia de un especialista en psicología en una organización deportiva de alto nivel. El Málaga, sin ir más lejos, dispone de uno, Francisco Javier de Miguel, que trabaja fundamentalmente en la cantera malacitana.