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Carlos de Torres|CARAVACA DE LA CRUZ
El estadounidense David Zabriskie, del US Postal se llevó la undécima etapa de la Vuelta disputada entre San Vicente de Raspeig y Caravaca y Alejandro Valverde el susto más grande de su vida, con una caída que le ocasionó múltiples heridas aunque no le impidieron terminar la jornada en su tierra, en la que el norteamericano Floyd Landis conservó el jersey oro. Zaabriskie, de 25 años, remató en solitario una escapada de principio a fin, es decir de 165 kilómetros, algo «que no estaba planificado, que salió así». Entró victorioso con un tiempo de 4:05.31 y una ventaja de 1.11 respecto al pelotón comandado por el italiano Petacchi, en el que entraba tras tremendo sufrimiento Alejandro Valverde. El líder del Comunitat Valenciana cortó la respiración de la Vuelta cuando en el kilómetro 7 sufría un enganchón en su cadena a la hora de efectuar un cambio en su bicicleta.

Esta maniobra le desequilibró y fue a estrellarse contra un guardarrail tras dar una vuelta de campana. «Algo impresionante», según su compañero García Quesada, quien contaba como su jefe de filas había dado con la cabeza en el suelo». Con Valverde en el suelo, con las rodillas heridas y contusiones en todo el cuerpo y el casco y maillot destrozados, el pelotón se desentendió del corredor que marchaba escapado, de Zabriskie, y decidió esperar al compañero que lloraba mientras era atendido por los médicos. «No te preocupes, que Rominger ganó una Vuelta después de una caída», le animó el doctor Irigoyen. La victoria de la jornada fue del pelotón, un éxito colectivo en forma de solidaridad. Nadie aprovechó la coyuntura para desquitarse de un rival directo, como sucedió en el pasado Tour en el adoquinado camino de Wasquehal, cuando Iban Mayo perdió cualquier opción de podio, y eran las primeras etapas.

El gesto del grupo fue apreciado por el director del Comunidad Valenciana-Kelme, Vicente Belda, y se apresuró en plena etapa a dar las gracias a todos los corredores. Hubo dudas sobre si Valverde podría terminar, pero a base de sacrificio y la inestimable ayuda de todos sus compañeros de equipo logró presentarse en Caravaca como uno más del pelotón. «Valverde tiene carácter y mucha fuerza y seguro que se recupera. Es un hombre que jamás arroja la toalla», aseguraba García Quesada. Roberto Heras, el rival número uno del murciano también lamentaba en meta la mala suerte del corredor que en condiciones normales le discutirá el triunfo final. «Espero que se restablezca y luche por la Vuelta».