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«A mí también me ha sorprendido la decisión del club, pero son cosas del fútbol y hay que respetar el pensamiento del entrenador». La marcha de Arnold Bruggink ha dejado el vestuario del Real Mallorca sin uno de sus animadores y sin un futbolista que el pasado año demostró una prestancia en el remate notable. El holandés ha cerrado la puerta del Real Mallorca con la misma educación que destiló la pasada temporada. A pesar de rescindir el año de contrato que le restaba en el último momento, Arnold Bruggink se marcha de la isla sin rencor, con la satisfacción del deber cumplido y dispuesto a «regresar cada verano a la isla, donde he dejado muchos amigos».

Bruggink, que mañana firmará un contrato de dos temporadas con el Heerenveen de su país, echó el cerrojo a su efímera etapa con un rendimiento excelente sobre el césped -marcó los mismos goles que Fernando Correa en la Liga con menos minutos de juego- y un comportamiento ejemplar vestido de paisano.

Antes de hacer las maletas y regresar a su país, Bruggink habló del último día: «Ayer (por el martes) pasé un día bastante duro. El club me dijo que lo mejor era marcharme porque no iba a tener demasiadas oportunidades de jugar y en apenas unas horas tuve que decidir mi futuro. Estuvo muy cerca de ir al Celta de Vigo, pero opté por regresar a mi país, al Heerenveen».