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Fernando Fernández|ATENAS
Forman una de las parejas de hermanos más simpáticas de toda la Villa Olímpica. El suyo es un caso que se repite en el judo, con Kiyoshi y Kenji Uematsu, en waterpolo con Daniel e Iván Moro, o en atletismo con los gemelos Roberto y Carlos García. Pero Marta y Rudy Fernández son, además de dos líderes dentro del equipo nacional de baloncesto, dos jóvenes con un enorme talento y una proyección que apunta hacia el otro lado del Atlántico. Los dos han debutado en unos Juegos en Atenas y puede que cuando lleguen los de Pekín, ya tengan colgado el cartel de estrellas de la mejor liga del planeta. A Rudy le reclaman a gritos en la NBA, y Marta ya cuenta con suculentas ofertas para ingresar en la competición femenina, la WNBA, a la que renunció por el momento para hacer realidad su sueño olímpico.

Numerosos ojeadores y representantes de franquicias se quedaron maravillados con el pequeño de la saga en el encuentro ante Estados Unidos. Lo mismo pasó con Marta, a la que siguieron de cerca técnicos, representantes y demás cazatalentos.

Ambos se muestran precavidos, con los pies en el suelo. Joventut y Barça son a día de hoy sus únicas preocupaciones, y disfrutar cada instante de los Juegos es lo que les preocupa, al menos hasta hoy, cuando regresen a España. «Es una experiencia única, y si encima tengo a mi hermano al lado, más especial si cabe», explica la escolta titular del combinado español, que junto a sus compañeras de equipo visitó ayer la ciudad, aprovechando sus últimas horas allí. «Nos vamos con la idea de que podíamos haber llegado más lejos, pero nuestra participación se puede valorar muy positivamente, por el valor que tiene y por el juego que hemos desplegado en la primera fase», significó Marta, que tras la eliminación en cuartos ante Brasil no podía contener las lágrimas camino del vestuario. Se marcha promediando 9,3 puntos por partido y más de dieciocho minutos de juego.