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Fernando Fernández|ATENAS
La brillante labor que Eusebio Capel está realizando al frente de la escuela superior de lucha, y la promoción que de esta ancestral deporte se está realizando tienen su recompensa en la presencia de Moisés Sánchez en el concurso olímpico. El luchador palmesano es el estandarte de una familia que vive con pasión este deporte -su hermana Sara estuvo a punto de acompañarle en Atenas- y no quiere defraudar ante la que es su gran oportunidad.

Aunque aterrizó en accidentadas circunstancias, Moisés ya se ha adaptado a la vida en la Villa Olímpica, e incluso ha tenido la oportunidad de conocer otras instalaciones o presenciar en directo partidos de otras selecciones. Es, en definitiva, un ambiente que le ha cautivado. Su apartamento tiene unas vistas y una ubicación envidiables, aunque sólo lo abandona para acudir a su fiel cita con los entrenamientos o dar un paseo en compañía del otro luchador que forma la delegación española, el barcelonés José Alberto Recuero, un policía autonómico catalán que ejerce de guía de un Moisés que aún alucina cuando observa el entorno en el que se encuentra habitando.

«Te encuentras a estrellas del deporte por la calle, como si nada. Es algo espectacular», explicaba el luchador. Su debut tendrá lugar mañana, en la primera ronda de la competición de grecorromana en la exigente categoría de 66 kilos. Hasta el pabellón Ano Liossia se desplazará su familia, que no quiere perderse un momento historico para este filósofo de vocación que rompió todos los esquemas al firmar una brillante quinta plaza en el Campeonato del Mundo de grecorromana en el año 2001. Precisamente no muy lejos de aquí, en Patras.