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El presidente del COI, el belga Jacques Rogge, se mostró ayer «consciente de que hay un signo de interrogación» junto al nombre de algunos atletas sospechosos de dopaje que participarán en los Juegos, pero insistió en que se admitirá a todos «los no culpables» mientras no haya pruebas en su contra. «Todos los deportistas que participarán en Atenas son deportistas que no han sido hallados culpables de dopaje», indicó. «Soy consciente de que hay un signo de interrogación sobre algunos, pero mientras no haya una prueba, son elegibles».

Rogge hizo estas declaraciones en una conferencia de prensa que puso punto final a los trabajos de la Comisión Ejecutiva del COI, reunida desde el sábado en Atenas. «¿Es posible que esos casos (de atletas sospechosos) manchen la imagen de los Juegos?», se preguntó. «No lo creo. Los Juegos son lo suficientemente fuertes», dijo. El máximo responsable del olimpismo mundial indicó que «no es responsabilidad del COI hacer un juicio sobre los potenciales casos de dopaje que pueden haber ocurrido antes de los Juegos». «El COI aceptará aquí a todos los deportistas que estén legitimados por sus federaciones internacionales y sus comités olímpicos nacionales», añadió.

«Estamos extremadamente satisfechos de ver que las promesas se han cumplido. El COI dijo que creía que había tiempo suficiente (para los trabajos de organización) y así ha sido. Estamos deseando que empiecen los Juegos», comentó. Respecto al complejo dispositivo de seguridad en torno a Atenas, Rogge subrayó que el COI «no ha despertado a este problema después del 11 de septiembre», sino que lo ha tenido como prioridad absoluta desde el atentado ocurrido durante los Juegos de Múnich'72 contra la delegación israelí.